¡Tik, tak! Washington fija posición ante los compromisos del gobierno venezolano antes del 30 de noviembre, fecha clave para el avance democrático en Venezuela.
La cuenta regresiva ha comenzado y Estados Unidos mira fijamente el reloj. Francisco Palmieri, en su función como jefe de Misión de la Oficina Externa de EEUU para Venezuela, pone sobre la mesa las expectativas de su gobierno respecto al cumplimiento del Acuerdo de Barbados por parte de Venezuela. El 30 de noviembre se erige como una fecha crítica en la que el gobierno venezolano debe detallar los procedimientos para la habilitación de candidatos a las presidenciales de 2024 y la liberación de presos políticos, según destaca Palmieri en entrevista este jueves para TalCual.
«Esto es fundamental en una democracia», subraya Palmieri, aludiendo a la importancia de la habilitación de candidatos como pilar de los procesos electorales. La liberación de ciudadanos estadounidenses detenidos se plantea como una prioridad para la política exterior estadounidense, ligada intrínsecamente al alivio de las sanciones.
La expectativa de un encuentro entre Palmieri y Nicolás Maduro no es menor. La posibilidad de que la administración estadounidense pueda incrementar su presencia y apoyo en Venezuela, incluyendo la apertura de un consulado para abordar asuntos consulares y de visado, se vislumbra como una ventana de oportunidad en medio de la compleja relación bilateral.
En el otro extremo, la situación migratoria es un punto neurálgico que Estados Unidos enfrenta con firmeza. Con una política clara y directa, Palmieri recuerda la postura de Joe Biden: aquellos que crucen la frontera sin un camino legal serán retornados a Venezuela, enfatizando la existencia de vías legales seguras en contraposición a la peligrosa travesía irregular.
La colaboración entre los gobiernos de Maduro y Biden se manifiesta en la coordinación de vuelos regulares, una medida que busca gestionar el flujo migratorio de forma ordenada y segura.