La OIM reporta una alarmante cifra de migrantes muertos o desaparecidos en las rutas del continente americano este año.
Un número que no deja de crecer y que lleva detrás historias de sueños rotos y viajes sin retorno. Según el Proyecto Migrantes Desaparecidos de la OIM, América ha sido el escenario de una trágica pérdida de vidas migrantes en 2023, contabilizando hasta el momento la desaparición o muerte de 1.078 personas en su intento por buscar un futuro mejor.
Aunque las cifras actuales muestran una disminución respecto al año pasado, la realidad es que cada número representa una vida, una familia y una comunidad afectada por el fenómeno migratorio. Con 74 menores entre los fallecidos, la magnitud de la tragedia adquiere una dimensión aún más desoladora.
El cruce fronterizo entre México y Estados Unidos sigue siendo el más mortífero, con un registro que supera los cuatro mil fallecidos desde 2014, evidenciando la peligrosidad de una ruta marcada por el desespero y la falta de alternativas legales y seguras.
El contraste con el Mediterráneo es palpable; aunque las muertes en el cruce americano han disminuido, siguen siendo un recordatorio de que las políticas migratorias y las medidas de seguridad existentes son insuficientes para proteger a quienes se ven obligados a migrar.
La OIM subraya la complejidad de los flujos migratorios en las Américas, destacando la presencia de refugiados, solicitantes de asilo y migrantes económicos, todos movidos por un abanico de factores que incluyen desde desastres naturales hasta la violencia estructural.