Los cargos contra el hijo del presidente Joe Biden se intensifican en medio de investigaciones federales y la cercanía de las elecciones de 2024.
En un desarrollo significativo, Hunter Biden ha sido formalmente acusado de nueve cargos fiscales en California. Estos cargos emergen en un contexto de creciente escrutinio por parte de un fiscal especial, en el marco de las inminentes elecciones presidenciales de 2024.
Los cargos contra Hunter Biden incluyen tres delitos graves y seis delitos menores, sumándose a las acusaciones federales en Delaware.
Según estas acusaciones, Hunter Biden habría infringido leyes contra los consumidores de drogas poseedores de armas en 2018. Estos cargos surgen tras colapsar un acuerdo de culpabilidad durante el verano que habría evitado tiempo en prisión, encaminando el caso hacia un juicio en un momento crítico, mientras Joe Biden se prepara para la campaña de reelección.
El fiscal especial David Weiss declaró en un comunicado que Hunter Biden «gastó millones de dólares en un estilo de vida extravagante en lugar de pagar sus impuestos». Los cargos se centran en un monto de al menos 1,4 millones de dólares en impuestos adeudados entre 2016 y 2019, un período durante el cual Hunter Biden ha admitido luchar contra la adicción.
Los impuestos atrasados han sido pagados desde entonces.
Si es declarado culpable, Hunter Biden, de 53 años, podría enfrentar una pena máxima de 17 años de prisión. La investigación del fiscal especial continúa abierta, señaló Weiss.
En respuesta a estas acusaciones, el abogado defensor Abbe Lowell acusó a Weiss de «ceder a la presión republicana» en el caso. Lowell afirmó que «Según los hechos y la ley, si el apellido de Hunter fuera otro que Biden, no se habrían presentado los cargos en Delaware, y ahora en California».
Mientras tanto, la Casa Blanca ha declinado comentar sobre la acusación y ha dirigido las consultas al Departamento de Justicia o a los representantes personales de Hunter Biden. Los documentos de acusación detallan gastos en drogas, strippers, hoteles de lujo y autos exóticos, «en resumen, todo menos sus impuestos», según el fiscal Leo Wise.
Este caso se produce en un momento en que los republicanos del Congreso investigan a Joe Biden, alegando su involucramiento en un esquema de tráfico de influencias con su hijo. Se espera que la Cámara vote la próxima semana sobre la autorización formal de la investigación.
Hasta ahora, no hay evidencia que demuestre que Joe Biden, en su cargo actual o anterior, haya abusado de su papel o haya aceptado sobornos, aunque han surgido dudas sobre la ética que rodea los negocios internacionales de la familia Biden.