A pesar de la disminución de la inflación mensual, la anual cerrará como la más alta del mundo junto a Argentina y Líbano.
El Banco Central de Venezuela (BCV) ha publicado datos que indican una disminución significativa en la inflación para noviembre de 2023, marcando un 3,5%, la tasa más baja del año. Esta cifra representa una tendencia a la baja en comparación con el mes anterior (5,9%) y enero de 2023 (42,1%).
Esta disminución se observó en varios sectores, incluyendo educación, transporte, vestido y calzado, alimentos y bebidas no alcohólicas, y salud.
Este es el noveno mes consecutivo con una inflación de un solo dígito, alejando la posibilidad de un retorno al ciclo hiperinflacionario. Venezuela, que salió del ciclo hiperinflacionario en 2022, observa con optimismo estos números, aunque los expertos sugieren un análisis cauteloso para determinar la sostenibilidad de esta tendencia.
La principal causa de esta baja inflación se atribuye a la política monetaria contractiva del BCV, con un encaje legal del 73%, restringiendo la capacidad de los bancos para otorgar créditos y, por ende, reduciendo la liquidez monetaria. Si bien esta política ha ayudado a controlar la inflación, también plantea riesgos para el crecimiento económico al limitar el crédito necesario para impulsar la economía.
El presidente Nicolás Maduro destacó en noviembre de este año la inflación «más baja» registrada desde el tercer trimestre de 2014. Sin embargo, el economista y profesor José Manuel Puente, en declaraciones para El Cooperante, estima que Venezuela mantendrá la inflación más alta del mundo en 2024, con una proyección de entre 120% y 130%. Puente también señala que Venezuela cerrará con la inflación más alta del mundo, junto a Líbano y Argentina.
Puente espera que 2024 sea el comienzo de la reconstrucción económica y un crecimiento sostenido, aunque enfatiza la necesidad de medidas en materia fiscal, monetaria y cambiaria para abordar los problemas de inflación y apreciación del tipo de cambio. Estima que el tipo de cambio oficial podría alcanzar entre 70 y 75 bolívares por dólar en los próximos 8 a 14 meses si continúa la actual política de intervención cambiaria.