Incidentes en rutas marítimas cruciales elevan la tensión y provocan cambios en la estrategia de seguridad.
Estados Unidos se encuentra evaluando un amplio abanico de estrategias para contrarrestar los ataques de los rebeldes hutíes de Yemen contra los barcos que atraviesan el Mar Rojo, una ruta comercial vital que actualmente está viéndose gravemente afectada. Estos ataques, ejecutados mediante aviones no tripulados, han provocado una paralización casi total del tránsito comercial en la zona, y se interpretan como un apoyo al grupo Hamas en su conflicto con Israel.
“Todas las opciones están sobre la mesa”, advirtió un funcionario del Departamento de Estado de EE.UU. al diario emiratí The National, destacando la gravedad de la situación que afecta a múltiples países y a la navegación internacional. La respuesta de Estados Unidos a estos ataques se encuentra en un punto crítico, especialmente considerando la importancia estratégica del Mar Rojo para el comercio mundial.
Las principales compañías navieras, incluidas MSC Mediterranean Shipping Co. SA y CMA-CGM, han suspendido sus operaciones en el Mar Rojo siguiendo los ataques. Esta decisión sigue a la de otras grandes navieras como Maersk. En respuesta, el destructor estadounidense ‘USS Carney’ destruyó 14 aviones no tripulados lanzados por los hutíes en un esfuerzo por proteger la navegación comercial.
El Pentágono ha trasladado al Grupo de Ataque liderado por el portaaviones ‘Dwight D. Eisenhower’ al golfo de Adén, frente a las costas de Yemen, en una clara señal de la seriedad con la que Estados Unidos está abordando esta amenaza. Esta movilización refleja un cambio en la postura de la Administración Biden, que inicialmente había mostrado reticencia a responder militarmente a los ataques por temor a provocar a Irán, que respalda a los hutíes, así como a Hamas y Hezbollah.
El enviado especial de EE.UU. para el Golfo, Tim Lenderking, expresó su preocupación por cómo estos ataques podrían descarrilar el frágil proceso de paz en Yemen. Lenderking destacó que estos ataques no solo amenazan los esfuerzos de paz, sino también el progreso logrado en el acercamiento entre Irán y Arabia Saudí, un aliado clave del gobierno yemení.
Los ataques en el Mar Rojo y su impacto en el comercio son motivo de alarma internacional. Los rebeldes hutíes han intensificado su ofensiva, atacando barcos vinculados a Israel y amenazando el flujo de petróleo, cereales y bienes de consumo. Estos incidentes ponen en riesgo una de las rutas comerciales más importantes del mundo, por donde transita aproximadamente el 10% del comercio mundial, incluyendo suministros energéticos y productos alimenticios vitales para Europa y otras regiones.