La reconocida periodista sugiere utilizar los fondos congelados de Rusia para la reconstrucción de Ucrania.
Anne Applebaum, periodista ganadora del Premio Pulitzer y una de las principales columnistas de The Atlantic, ha propuesto una medida audaz en respuesta a la devastadora invasión rusa en Ucrania. En su artículo titulado “Darle ya a Ucrania los activos congelados de Rusia”, Applebaum argumenta que «Putin debe pagar por los daños que ha causado su invasión, y el dinero se necesita de inmediato».
Applebaum señala que, aunque la mayoría de los países occidentales desean seguir ayudando a Kiev, hay legisladores en Estados Unidos y Europa que están obstaculizando los esfuerzos. «A ambos lados del Atlántico ha llegado la hora de la verdad», escribe Applebaum, destacando la resistencia tanto en el Partido Republicano de Estados Unidos como en líderes europeos como el primer ministro de Hungría.
La autora del libro «Gulag» (2003) hace referencia a los más de 300.000 millones de dólares en activos soberanos rusos congelados por Estados Unidos, la UE y otros gobiernos democráticos. Applebaum propone que estos fondos deberían transferirse a Ucrania. «Nada más comenzar el conflicto…se trata de dinero que Rusia no puede vender ni pedir prestado», explica.
Applebaum cita al constitucionalista estadounidense Laurence Tribe, quien ha estado promoviendo esta idea y publicó un informe detallando los argumentos jurídicos, prácticos y morales para transferir los activos rusos a Ucrania. «El argumento moral es el más sencillo: Rusia debe pagar por el daño que ha causado a Ucrania», afirma Applebaum.
La periodista aborda las preocupaciones prácticas, incluyendo el riesgo percibido para la hegemonía del dólar y la posibilidad de que otros países reconsideren mantener sus activos en instituciones financieras occidentales. Sin embargo, destaca el apoyo de figuras como Larry Summers y David Cameron a la idea de incautar estos activos.
Applebaum concluye enfatizando la urgencia de esta medida: «La entrega de 300.000 millones de dólares de activos rusos a Ucrania hará mella en esta confianza. Demostrará a Putin que Occidente está dispuesto a tomar medidas creativas, incluso sin precedentes, para ganar la guerra». Ella urge a la acción, preguntando «¿A qué estamos esperando?», e insiste en que la decisión debería tomarse lo antes posible para impactar significativamente el conflicto.