Investigación detallada de El Nuevo Herald sobre los viajes y negocios del alcalde Francis Suarez revela una gestión entre sombras y luces.
Francis Suárez, el alcalde de Miami, se ha convertido en un personaje cuya presencia en la ciudad es cada vez más esporádica. Sus continuos viajes han planteado preguntas sobre su compromiso con Miami y han desdibujado las líneas entre sus deberes municipales y sus intereses personales y profesionales.
En 2022, Suárez pasó al menos 85 días fuera de Miami, dividiendo su tiempo entre viajes nacionales e internacionales. Sus destinos en el extranjero han incluido países clave en Oriente Medio, como Qatar, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos. En Qatar, Suárez asistió a un partido de semifinal de la Copa Mundial junto a la estrella del fútbol David Beckham. Este viaje coincidió con la aprobación de un acuerdo multimillonario para el estadio del equipo de Beckham en la Major League Soccer, un cliente de la firma legal donde trabaja Suárez.
En Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, Suárez mantuvo reuniones con miembros de las familias reales y líderes empresariales. Sin embargo, los detalles específicos de estas reuniones y las agendas discutidas permanecen en gran parte ocultos al público, aumentando las especulaciones sobre posibles conflictos de interés y la naturaleza de sus negociaciones.
Mientras que Suárez afirma mantener una clara separación entre sus funciones como alcalde y sus actividades privadas, la realidad parece ser más compleja. La firma de abogados para la que trabaja, Quinn Emanuel Urquhart & Sullivan, tiene una presencia global y representa a clientes que podrían tener intereses en Miami, lo que plantea preguntas sobre dónde Suárez traza la línea entre su labor municipal y sus compromisos legales.
Los costos de la ausencia
Los frecuentes viajes del alcalde han coincidido con momentos críticos en Miami. Durante su viaje a Dubai el año pasado, la Comisión de la Ciudad aprobó un plan de redistribución de distritos controvertido. Además, estuvo ausente durante momentos clave de la pandemia de COVID-19, generando críticas sobre su capacidad para manejar crisis locales mientras está en el extranjero.
A pesar de que Suárez asegura que la ciudad no financia sus viajes, los registros muestran que los contribuyentes de Miami han asumido costos significativos relacionados con su seguridad. Oficiales de policía de Miami lo acompañan en sus viajes, con los gastos de su protección pagados por la ciudad.
(Con información de The Miami Herald)