El Tribunal Constitucional de Bolivia determina que la reelección indefinida no es un derecho humano, inhabilitando a Evo Morales para futuras elecciones.
El Tribunal Constitucional Plurinacional de Bolivia (TCP) emitió un dictamen trascendental que anula la posibilidad de reelección indefinida, un veredicto que impide al ex presidente Evo Morales presentarse en las elecciones de 2025. Este dictamen, que responde a una consulta de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), declara que la reelección indefinida “no es un derecho humano” y revoca una decisión previa del mismo Tribunal de 2017.
La sentencia es clara al estipular que un presidente, vicepresidente, diputados o senadores no pueden ejercer más de dos mandatos, ya sea de forma continua o discontinua. Esta restricción también se extiende a gobernadores y alcaldes electos desde 2009, tras la entrada en vigor del actual texto constitucional.
La ex presidenta Jeanine Áñez, actualmente encarcelada, celebró la decisión del TCP en su cuenta de la red social X, considerándola como el fin del «delirio de Evo Morales de reelegirse por siempre». Luis Fernando Camacho, gobernador de Santa Cruz y también preso, destacó en Facebook que la sentencia previene que cualquier “aprendiz de tirano” intente perpetuarse en el poder.
Áñez enfrenta cargos de “terrorismo” tras su proclamación como presidenta en ausencia de un consenso legislativo, en el contexto de la renuncia de Morales en 2019. Camacho, por su parte, es acusado de “terrorismo, financiamiento del terrorismo, cohecho activo, entre otros”, en relación con la misma crisis política.
El ex presidente Jorge Quiroga, en X, enfatizó que “la reelección no es un derecho humano” y aludió al partido de Morales, el Movimiento al Socialismo (MAS), en su comentario.
Este fallo representa un hito en la historia política de Bolivia y pone fin a la posibilidad de reelecciones indefinidas, un tema que ha generado controversia y división en el país sudamericano. Con esta decisión, el escenario político para las próximas elecciones en Bolivia toma un rumbo definitivo, excluyendo a figuras políticas que habían dominado la escena durante años.