Nuevos documentos revelan el intento fallido de Maxwell por obtener un testimonio favorable de Epstein en la demanda de difamación de 2015.
La saga legal de Ghislaine Maxwell, una vez miembro de la alta sociedad británica y asociada al financiero neoyorquino Jeffrey Epstein, continúa desvelando capas complejas y perturbadoras. Nuevos documentos divulgados recientemente arrojan luz sobre sus esfuerzos desesperados por obtener un testimonio favorable de Epstein en una demanda por difamación de 2015, que marcaría el comienzo de su caída.
Maxwell, acusada de ayudar a Epstein a reclutar a innumerables chicas menores de edad y mujeres jóvenes, enfrentaba una peligrosa acción legal interpuesta por Virginia Giuffre. Giuffre, una de las víctimas de Epstein, afirmó haber sido reclutada por Maxwell a los 16 años, siendo forzada a una relación de abuso sexual y servidumbre. Tras las acusaciones públicas de Giuffre, Maxwell la tildó de mentirosa, desencadenando una demanda civil por difamación.
En un intento por defenderse, Maxwell buscó desesperadamente el apoyo de Epstein. Sin embargo, Epstein se negó a declarar en su favor, invocando su derecho de la Quinta Enmienda contra la autoincriminación unas 600 veces durante una declaración en 2016. Este hecho se suma a la ya tensa situación de Maxwell, quien enfrentaba una “instrucción al jurado de inferencia adversa” por no cumplir con ciertas obligaciones de revelación previas al juicio.
La estrategia legal de Maxwell se complicó aún más cuando su abogado, Jeff Pagliuca, intentó sin éxito que el juez obligara a Epstein a ofrecer respuestas. Martin Weinberg, abogado de Epstein, argumentó que el acuerdo de no enjuiciamiento alcanzado por Epstein en 2008 no le ofrecía protección contra cargos federales fuera de la Florida.
La situación de Maxwell se tornó aún más crítica tras el arresto y posterior muerte de Epstein en 2019, dejándola sola para enfrentar los cargos penales. Los fiscales federales utilizaron parte del testimonio de Giuffre en el caso de difamación para procesar a Maxwell en 2020, incluyendo cargos de perjurio.
Además de este caso, otro aspecto controvertido se reveló con las acusaciones de Sarah Ransome, otra víctima de Epstein, quien inicialmente afirmó tener cintas de video implicando a figuras prominentes como Bill Clinton y Donald Trump. Aunque más tarde se retractó, mantuvo sus acusaciones de abusos sexuales por parte de Epstein y Maxwell.
Los intentos de Maxwell por desligarse de las acusaciones y su asociación con Epstein han sido infructuosos, evidenciando la complejidad y gravedad de este caso de tráfico sexual. La lucha legal en torno al testimonio de Epstein y las acusaciones de Ransome ilustran una red de crímenes y controversias que siguen resonando en el escenario público. La condena de Maxwell y los eventos subsiguientes continúan siendo un testimonio sombrío del alcance y las repercusiones del escándalo Epstein.