La gestión de Javier Milei enfrenta un desafío económico sin precedentes con una inflación anual del 211.4%.
Argentina cerró el año 2023 con una cifra récord de inflación interanual del 211.4%, la más alta desde la época de hiperinflación de 1989-1990, según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Este índice se disparó tras la llegada al poder de Javier Milei, quien implementó una devaluación del 50% del peso e inició un proceso de desregulación económica.
El Indec reportó que solo en diciembre, la inflación mensual alcanzó un 25.5%, un incremento considerable en comparación con noviembre. Estos números reflejan el impacto de las políticas económicas de Milei, especialmente tras el ‘sinceramiento’ de precios que se dio después de la gestión de Alberto Fernández y Sergio Massa.
El Banco Central había anticipado que la liberación de precios era un paso necesario para afrontar los desbalances fiscal y externo. La inflación de diciembre se vio fuertemente impulsada por aumentos en bienes y servicios, salud y transporte. En particular, los alimentos y bebidas no alcohólicas registraron una subida de 29.7%, con algunos productos esenciales aumentando más del 50%.
Milei ha advertido que entre diciembre y febrero se podrían registrar tasas de inflación mensuales entre el 20% y el 40%, pero se mostró optimista en una entrevista, considerando que si la cifra rondaba el 25% sería un «éxito tremendo».
El plan de Milei busca lograr un equilibrio fiscal en 2024, poniendo fin a la emisión monetaria que ha financiado el déficit. Así, espera controlar la inflación en un periodo de 18 a 24 meses. Esta situación coloca a Argentina entre los índices de inflación más altos del mundo, superando incluso a Venezuela.
La situación actual evoca recuerdos de la hiperinflación de finales de los 80 y principios de los 90 en Argentina, que provocaron altas tasas de pobreza y una inestabilidad política significativa, incluyendo la transición presidencial anticipada de Raúl Alfonsín a Carlos Menem, y la crisis de 2001 que llevó a la renuncia de Fernando de la Rúa.
Con estos desafíos, el Gobierno de Milei enfrenta una tarea monumental para estabilizar la economía argentina y evitar las consecuencias devastadoras de una hiperinflación prolongada.