El agente israelí Tal Becker critica la descripción de Sudáfrica de la ofensiva en Gaza y defiende el derecho de Israel a proteger a sus ciudadanos.
Israel ha acusado a Sudáfrica de presentar una «imagen fáctica y jurídica profundamente distorsionada» de su guerra en Gaza, durante una audiencia en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) este viernes. El agente de Israel, Tal Becker, criticó enérgicamente la representación de Sudáfrica sobre los acontecimientos actuales en Gaza, donde la ofensiva israelí ha resultado en más de 23.300 civiles muertos.
Becker condenó las acusaciones de Sudáfrica, afirmando que «si ha habido actos que pueden calificarse de genocidas, entonces han sido perpetrados contra Israel». Acompañó su declaración con imágenes de los 200 rehenes tomados por Hamás y del ataque del 7 de octubre, que describió como «el mayor asesinato en masa calculada en un solo día desde el Holocausto».
Los abogados israelíes respondieron a las acusaciones de Pretoria sobre la violación de la Convención contra el Genocidio de 1948. Becker enfatizó la importancia de la precisión y la verdad en los tribunales de justicia, criticando el uso de terminología escandalosa para vilipendiar y demonizar.
El representante israelí describió los ataques de Hamás como una «masacre» con actos de mutilación, violación y secuestro. Además, acusó a Hamás de torturar y quemar víctimas vivas, incluyendo niños, y de grabar estos actos para su difusión en redes sociales.
Becker reafirmó que, a pesar de la brutalidad de los ataques, Israel está obligado a respetar la ley mientras defiende a sus ciudadanos. Sin embargo, subrayó el derecho de Israel a tomar todas las medidas legítimas para proteger a sus ciudadanos y asegurar la liberación de los rehenes.
Las medidas cautelares solicitadas por Sudáfrica, que incluyen la suspensión de la operación militar israelí, fueron consideradas por Becker como un intento de impedir que Israel cumpla con su deber de proteger a sus ciudadanos. Afirmó que estas medidas negarían a Israel la capacidad de defender a sus ciudadanos, a los rehenes y a más de 100.000 israelíes desplazados internamente que no pueden regresar a sus hogares de forma segura desde el ataque de Hamás.