La abdicación de la reina Margarita II y la ascensión de su hijo Federico marcan el inicio de una nueva era en la monarquía danesa.
Dinamarca vive este domingo un día de trascendental importancia histórica con la abdicación de la reina Margarita II y la proclamación de su hijo Federico como nuevo monarca. Tras 52 años en el trono, Margarita II cede su lugar a Federico, que reinará con el nombre de Federico X, marcando el comienzo de una nueva era para la monarquía danesa.
Desde tempranas horas de la mañana, una gran multitud se congregó en los alrededores del castillo de Christiansborg para presenciar este evento histórico. El príncipe heredero y el príncipe Christian, junto a la princesa Mary, la nueva reina, partieron del palacio de Federico VIII en Amalienborg hacia el castillo. La princesa Mary, vestida de blanco al igual que la reina Letizia en la coronación de Felipe VI, llevó un abrigo del diseñador danés Soeren Le Schmidt.
Tak, Dronning Margrethe ✍🏻
— ChristinZ (@ChristinsQueens) January 14, 2024
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La reina Margarita II, por su parte, realizó el trayecto en el Carruaje de las Bodas de Oro, escoltada por el Regimiento de Húsares de la Guardia. Su indumentaria consistió en un abrigo de piel, un recogido sencillo y pendientes de diamantes y rubíes.
El acto oficial de abdicación tuvo lugar en el castillo de Christiansborg, donde Margarita firmó su abdicación a las 14:15 horas, oficializando a su hijo como Federico X. La ceremonia de transición se completó a las 15:00 horas.
Tras la firma, la familia real se dirigió al palacio de Christian IX, Amalienborg. Allí, los reyes Federico y Mary ofrecieron una recepción, contando con la presencia de distinguidas personalidades como la Primera Ministra Mette Frederiksen y el Primer Ministro de las Islas Feroe, Aksel Vilhelmsson Johannesen.
A las tres de la tarde, Federico X y Mette Frederiksen saludaron desde el balcón del castillo de Christiansborg a los ciudadanos congregados. El rey pronunció un emotivo discurso, seguido de salvas desde la batería Sixtus y el izado de su estandarte.
El momento culminante fue cuando Federico X, junto a su esposa y sus hijos, agradecieron a la multitud desde el balcón. La princesa Josephine llamó la atención por sus muecas juguetonas, mientras que Federico y Mary compartieron un beso público, desmintiendo rumores sobre su relación.
Este día histórico no solo marca el comienzo de una nueva era en la monarquía danesa, sino que también refuerza el amor y la unidad de la familia real ante su pueblo y el mundo. Dinamarca celebra con entusiasmo y esperanza el inicio del reinado de Federico X.