En una operación combinada, Rusia ataca objetivos militares en Ucrania con avanzado armamento, mientras las tropas se preparan para una nueva ofensiva en el este del país.
En una escalada significativa del conflicto, las Fuerzas Armadas de Rusia han lanzado un ataque combinado utilizando misiles de emplazamiento naval y aéreo, incluyendo los avanzados misiles hipersónicos Kinzhal y drones. El objetivo declarado por el Ministerio de Defensa ruso fueron las plantas de producción de proyectiles y drones en Ucrania. Según el parte de guerra ruso, todos los objetivos fueron impactados con éxito.
Este ataque llega en un momento crítico del conflicto, marcado por un enfriamiento de las temperaturas que ha descendido hasta los -10°C, creando condiciones favorables para operaciones mecanizadas. El comandante en jefe del Ejército de Tierra de Ucrania, Oleksandr Sirski, comunicó a través de Telegram que la situación en el Este sigue siendo difícil, con el enemigo continuando sus acciones ofensivas en varias direcciones clave.
Los ataques del sábado se intensificaron tras el despegue de bombarderos rusos Tu-95MS en el Caspio, que lanzaron misiles de largo alcance. La Fuerza Aérea ucraniana informó de lanzamientos adicionales de misiles Kinzhal desde cazas MiG-31K, originados en la región rusa de Nizhni Nóvgorod.
El Instituto de Estudio de la Guerra (ISW) de Estados Unidos ha señalado que, aunque las bajas temperaturas podrían reducir las acciones en el frente, también facilitan el movimiento de vehículos pesados. Esto, combinado con la cantidad significativa de tropas rusas en Ucrania, permite a Rusia mantener la presión en sus ofensivas locales.
Los combates más intensos se centraron en la región de Donetsk, donde Ucrania afirma haber repelido más de 40 ataques rusos en un día. El Estado Mayor General de Ucrania subrayó que, a pesar de la escalada ofensiva de Rusia, sus soldados mantienen firmes las líneas defensivas.