Operación de abordaje de la Armada de EE.UU. cerca de Somalia culmina en la incautación de armamento iraní y la desaparición de dos miembros SEAL.
En una reciente operación de alta tensión cerca de Somalia, las fuerzas militares estadounidenses interceptaron un cargamento de armas de fabricación iraní, pero la misión terminó en un incidente grave con dos miembros de élite de la Armada, conocidos como SEALs, desaparecidos en el Mar Arábigo.
Los hechos ocurrieron la semana pasada durante un abordaje de un dhow, una embarcación típica de la región, que no contaba con identificación adecuada y generaba sospechas de transportar armamento. La operación, realizada en condiciones climáticas adversas y mares agitados, se complicó cuando uno de los SEALs resbaló de una escalera intentando abordar la embarcación. Su compañero, al verlo caer, se lanzó al agua en un intento de rescate, siendo ambos arrastrados por las fuertes corrientes.
Mientras se desarrolla una intensa operación de búsqueda y rescate para encontrar a los SEALs desaparecidos, el resto del equipo continuó con la misión, resultando en la incautación de ojivas de misiles balísticos y de crucero, sistemas de propulsión y guía, y componentes de defensa aérea, todos de fabricación iraní.
Según el Comando Central de Estados Unidos, este material coincide con el utilizado por los hutíes en Yemen para atacar embarcaciones en el Mar Rojo.
El incidente subraya la complejidad y los riesgos asociados con las operaciones de intercepción marítima, especialmente en regiones con aguas turbulentas y condiciones meteorológicas extremas. Estas misiones, aunque críticas para frenar el contrabando de armas y la piratería, exponen a las fuerzas especiales a peligros significativos.
La desaparición de los SEALs ha generado una gran preocupación en el Pentágono, que mantiene la esperanza de encontrarlos con vida. Esta situación también resalta las tensiones continuas en la región, donde la intervención de Irán en el conflicto yemení y su apoyo a los hutíes sigue siendo un punto de discordia en la geopolítica de Oriente Medio.
La administración Biden, al enfrentar este desafío, ha buscado un equilibrio entre la acción militar y la diplomacia, consciente de que cualquier paso en falso podría agravar la situación en la región.