Tras años de recuperación post-pandemia, la economía alemana experimenta una contracción, afectada por altos precios y desafíos internacionales.
Alemania, la locomotora económica de Europa, ha experimentado un freno inesperado en su crecimiento. En 2023, la economía del país se contrajo un 0,3%, poniendo fin a un ciclo de recuperación tras la crisis pandémica. Ruth Brandt, presidenta de la Oficina Federal de Estadística (Destatis), lo confirmó este lunes (15.01.2024), indicando un estancamiento económico en un contexto global desafiante.
Este retroceso rompe con la tendencia positiva que Alemania venía mostrando. Tras el declive del 3,8% en 2020 debido a la pandemia, el país había logrado un repunte del 3,2% en 2021 y un 1,8% en 2022. Sin embargo, el escenario actual es distinto, marcado por altos precios y una caída en la demanda, tanto interna como externa.
La industria química y metalúrgica han sido las más golpeadas por el incremento en los costos energéticos, mientras que el sector de la construcción enfrenta desafíos como la escasez de mano de obra y peores condiciones de financiación. Esto último ha llevado a una disminución del 2,1% en las inversiones del sector.
Aunque el sector de servicios logró expandir sus actividades, lo hizo a un ritmo menor que en años anteriores. Por otro lado, el consumo privado se redujo en un 0,8%, un descenso que Destatis atribuye principalmente al aumento en los precios. Con una inflación del 5,9% en 2023, Alemania enfrenta la segunda tasa más alta desde su reunificación en 1990.
El Estado también ha recortado sus gastos por primera vez en dos décadas, un 1,7%, principalmente debido al fin de las medidas de apoyo económico relacionadas con la pandemia.
El dato del cuarto trimestre de 2023 es aún provisional, pero Destatis estima que la economía se contrajo un 0,3% respecto al tercer trimestre, que ya había mostrado signos de estancamiento. Este panorama refleja los desafíos económicos que enfrenta Alemania, en un contexto de incertidumbre global y presiones inflacionarias.