El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) captura a un joven estudiante acusado de espionaje para Rusia, en un intento por evitar un desastre medioambiental.
Los servicios de seguridad de Ucrania (SBU) anunciaron la detención de un espía ruso en la región de Odessa. El sujeto, un joven estudiante, es acusado de recopilar y transmitir información sobre instalaciones que almacenan sustancias tóxicas, potenciales blancos de ataques del Ejército ruso.
Según funcionarios del SBU, “la principal tarea del delincuente era identificar y transmitir coordenadas donde se almacenan sustancias tóxicas, incluidos almacenes e instalaciones de almacenamiento de pesticidas”. Con esta información, el Kremlin buscaba “provocar un desastre medioambiental” en la zona meridional del mar Negro.
El hombre, contactado por el Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) a finales de 2023, está acusado de alta traición y podría enfrentar cadena perpetua. El SBU asegura que con estas acciones se busca evitar un desastre ecológico en una región frecuentemente atacada por drones y misiles rusos.
Este incidente se suma a otro reciente en el que Ucrania informó haber frustrado una maniobra de espionaje rusa. Un avión de vigilancia Beriev A-50 y un puesto de mando aéreo Ilyushin Il-22 fueron interceptados en la zona del mar de Azov. La portavoz militar del sur de Ucrania, Natalia Humeniuk, indicó que estas naves habían sido usadas previamente por Rusia para preparar ofensivas con proyectiles de largo alcance.