Monseñor venezolano asume importante rol eclesiástico en el país asiático.
La Diócesis de San Cristóbal anunció con gran regocijo la designación de monseñor Francisco Escalante como nuevo Nuncio Apostólico en Japón, tras la oficialización de este nombramiento por parte de la Santa Sede el jueves. Este importante cargo en la diplomacia eclesiástica pone de manifiesto la relevancia y el respeto ganado por este sacerdote tachirense en el seno de la Iglesia Católica.
Nacido en Caracas el 17 de febrero de 1965, monseñor Escalante fue ordenado sacerdote el 18 de junio de 1994. Su trayectoria eclesiástica lo llevó a formarse en la Pontificia Academia para el cuerpo diplomático de la Santa Sede en 1998, marcando el inicio de un camino lleno de servicio y dedicación.
La confianza depositada en él por el Papa Francisco se evidenció cuando fue nombrado Nuncio Apostólico para El Congo y Gabón en marzo de 2016, y posteriormente en Haití en junio del mismo año. La consagración de Escalante como Obispo, llevada a cabo en la Capilla Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote del Seminario Santo Tomás de Aquino, fue un evento significativo en su carrera eclesiástica.
El anuncio de su nombramiento como Nuncio Apostólico en Japón es recibido con júbilo y orgullo por la comunidad católica venezolana y especialmente por la Diócesis de San Cristóbal. La Iglesia Coromoto, en particular, se une en oración y celebración, encomendando a monseñor Escalante a la protección del Santo Cristo de La Grita y de Nuestra Señora de La Consolación.
Este nuevo capítulo en la vida de monseñor Escalante no solo representa un honor para él como sacerdote y diplomático, sino que también simboliza la fortaleza y el alcance global de la Iglesia Católica venezolana. Su labor en Japón estará marcada por la promoción del diálogo, la paz y la comprensión mutua entre culturas y creencias, manteniendo siempre viva la misión de la Iglesia de evangelizar y servir al prójimo.
La comunidad católica, tanto en Venezuela como en Japón, espera con expectativa las contribuciones y el liderazgo que monseñor Francisco Escalante aportará en su nuevo rol, confiando en que su trabajo fortalecerá los lazos de fe y cooperación entre ambas naciones.