Denuncian cierre de 80 emisoras radiales

Conatel cierra otra emisora en Valencia: Onda La Superestación fuera del aire

Conatel cierra otra emisora en Valencia: Onda La Superestación fuera del aire

La decisión afecta a populares programas radiales en Valencia, sumando a Onda a la lista de emisoras cerradas por el ente gubernamental.


La Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) ha ejecutado otra acción controvertida en su larga historia de intervenciones en el espacio radioeléctrico venezolano. Esta vez, la afectada fue Onda, la Superestación del Circuito Unión Radio en Valencia, que dejó de transmitir este 2 de febrero, privando a sus oyentes de contenidos valorados y seguidos por la comunidad.

Programas como «La Gran Naranja», conducido por Georgette Isaac; los micros «50 y Dele» de Dhameliz Díaz, y «Nunca es Tarde», con Ricardo Graffe y Lucas Sarabia, han sido abruptamente silenciados. Estos espacios ofrecían una mezcla de entretenimiento e información que resonaba con una audiencia diversa en la región.

Este no es un hecho aislado. Desde 2003, al menos 290 emisoras han sido cerradas en Venezuela, según reportes de organizaciones defensoras de la libertad de expresión. El cierre de Onda no solo es un golpe a la diversidad de voces en el dial venezolano sino que también pone en evidencia la continua vulnerabilidad de la libertad de expresión en el país.

La resolución, fechada el 7 de octubre de 2022, que ordenó el cese de transmisiones de Unión Radio Valencia 105.3 FM por «extinción de la concesión», marcó el inicio de una serie de cierres que afectaron a varias emisoras en el estado Carabobo y más allá. Apenas dos semanas después, otras estaciones en Valencia y en el estado Táchira fueron también silenciadas.

El caso de Onda inicia el conteo de emisoras cerradas en 2024, un recordatorio sombrío de los desafíos que enfrentan los medios en Venezuela. La decisión de Conatel deja a La Mega como la única sobreviviente del Circuito Unión Radio en Valencia, aunque su futuro es incierto.

La sociedad venezolana pierde, con cada estación que desaparece, no solo fuentes de información y entretenimiento sino también espacios de diálogo y expresión cultural. Este último movimiento de Conatel refuerza la percepción de una tendencia restrictiva que no muestra signos de cambio.