: El expresidente panameño opta por el asilo político en Nicaragua ante una condena inminente, marcando un nuevo capítulo en su carrera política y judicial.
El expresidente de Panamá, Ricardo Martinelli, pidió asilo en la embajada de Nicaragua en Panamá este miércoles, tras enfrentar una condena firme de casi 11 años de cárcel y una multa de 19 millones de dólares por blanqueo de capitales. Esta solicitud se produce en un contexto de creciente presión judicial sobre Martinelli, quien ve en el asilo una salida a la persecución que alega es de carácter político.
El gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua, invocando la Convención sobre Asilo de 1928 y la Convención sobre Asilo Político de 1933, decidió otorgar el asilo a Martinelli, reconociendo el asilo como una institución humanitaria que protege a todas las personas sin distinción de nacionalidad. La Cancillería nicaragüense enfatizó esta postura en una declaración oficial, subrayando el carácter de perseguido de Martinelli por razones políticas y su situación de riesgo.
Martinelli, quien gobernó Panamá entre 2009 y 2014, había lanzado recientemente su campaña para las elecciones presidenciales del 5 de mayo, bajo el partido Realizando Metas (RM). La decisión de la Corte Suprema de Panamá de rechazar su último recurso de casación y mantener la condena ha cortado abruptamente sus aspiraciones electorales, algo que el exmandatario califica como una «jugada salvaje e ilegal» destinada a sacarlo de la carrera electoral.
La trayectoria política y judicial de Martinelli ha estado marcada por la controversia, incluyendo un periodo de detención preventiva entre 2018 y 2019 por un caso de interceptación ilegal de telecomunicaciones, del cual fue absuelto. La solicitud de asilo y la respuesta de Nicaragua representan un capítulo más en la compleja relación entre justicia, política y derechos humanos en la región.