En una avalancha de críticas y burlas, el ex presidente estadounidense no deja piedra sobre piedra del discurso de Biden, anticipando una polarizada batalla electoral.
Desde la trinchera digital de Truth, Donald Trump no perdió la oportunidad de comentar en tiempo real y con un tono irreverentemente crítico el discurso del Estado de la Unión pronunciado por el presidente Joe Biden. El exmandatario, quien ya perfila su candidatura para las próximas elecciones presidenciales, desplegó una serie de comentarios que fluctuaron entre la burla personal y la refutación política, en un claro intento de minar la credibilidad y la gestión de quien ha denominado «Corrupto Joe».
«Está enfadado y loco», «tiene mejor pelo delante que por detrás», «no deja de toser» o «¿quién le ha dado un beso en la mejilla con carmín?», fueron algunos de los dardos lanzados por Trump, evidenciando una estrategia que va más allá del debate político para adentrarse en el terreno personal y el desdén.
Sin embargo, Trump también abordó temas de mayor calado político, como la situación geopolítica con Rusia. Según Trump, la invasión de Ucrania por parte del dictador ruso Vladímir Putin solo ocurrió por la falta de respeto hacia Biden, asegurando que bajo su administración (2017-2021) tales conflictos nunca habrían tenido lugar. «La OTAN solo se hizo fuerte, por MÍ», proclamó, atribuyéndose el mérito de haber incrementado las contribuciones de los países miembros.
La confrontación entre Trump y Biden no es solo una batalla de egos o políticas, sino un reflejo de las profundas divisiones en el Estados Unidos contemporáneo. Biden, por su parte, no dudó en señalar las acciones de su «antecesor» como una amenaza directa a la democracia estadounidense, especialmente en referencia al asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021, un evento que Trump minimizó al afirmar que los insurreccionistas «no tenían armas, solo tenían una elección manipulada».
Además de la geopolítica, Trump criticó la visión de Biden sobre el futuro automotriz, asegurando que el impulso hacia los coches eléctricos terminará beneficiando a China, y calificó las políticas migratorias del actual presidente como un «desastre» que, según él, permitiría la entrada de 5.000 inmigrantes al día a Estados Unidos.