La situación de inseguridad en Haití alcanza niveles críticos, instando a medidas internacionales y elecciones extraordinarias para restaurar la paz y el orden.
En medio de una escalada sin precedentes de violencia e inseguridad en Haití, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) lanzó un llamado urgente este jueves, instando a la comunidad internacional a adoptar «medidas eficaces» que refuercen la seguridad y promuevan la realización de elecciones extraordinarias en el asediado país caribeño.
El comunicado, publicado en la página web de la CIDH, subraya la necesidad de un «proceso de diálogo pacífico e inclusivo, elecciones libres y justas, y el fortalecimiento de los mecanismos de seguridad» como pilares fundamentales para una solución integral y duradera a la crisis que atraviesa Haití. Además, el organismo hizo énfasis en la importancia de activar una misión multinacional de apoyo para garantizar la desescalada de violencia y mantener el estado de derecho.
La situación en Haití se ha deteriorado rápidamente, con grupos de crimen organizado ejerciendo un control férreo sobre amplias zonas de la capital, Puerto Príncipe, y otras áreas del interior. Este panorama de caos se vio agravado el fin de semana con la fuga masiva de al menos 3.500 reos, ataques incendiarios a estaciones de policía y la suspensión de vuelos comerciales, lo que ha colocado a la nación en una posición de vulnerabilidad extrema.
Ante la creciente inestabilidad, la República Dominicana ha intensificado las medidas de seguridad en su frontera, reflejo del temor regional que genera la crisis haitiana. El ministro de Defensa dominicano, Carlos Díaz Morfa, destacó las acciones llevadas a cabo a lo largo de la línea divisoria como respuesta a la violencia desbordada en el país vecino.
El llamado de la CIDH se suma a la petición de Naciones Unidas dirigida a la comunidad internacional, solicitando apoyo financiero para la misión multinacional en Haití. Stephan Dujarric, vocero de la ONU, ha instado al gobierno haitiano, así como a empresarios y actores políticos del país, a unirse en pro de la restauración de las instituciones democráticas.
Mientras tanto, la amenaza de violencia extrema se cierne sobre Haití, con advertencias de un posible «genocidio» si no se toman medidas urgentes. La situación demanda una acción concertada y rápida de la comunidad internacional, ante el peligro de que el país caribeño se sumerja aún más en el abismo de la inseguridad y el desorden.