El senador enfrenta una serie de acusaciones que ponen a prueba su carrera política, entre ellas, actuar como agente extranjero y recibir sobornos.
En una sala de tribunal del Distrito Sur de Nueva York, el senador estadounidense Bob Menéndez enfrentó la justicia, declarándose no culpable frente a los nuevos cargos de obstrucción a la justicia y otros delitos. Esta comparecencia marca la continuación de una saga de acusaciones que han desafiado la integridad y la carrera del político de Nueva Jersey.
Menéndez, con una larga trayectoria que comenzó en 1986 como alcalde de Union City y lo llevó al Senado federal en 2006, ha visto su carrera ensombrecida por múltiples acusaciones federales. Los cargos más recientes, presentados por tercera vez en seis meses, incluyen no solo obstrucción a la justicia sino también actuar como agente extranjero para el gobierno de Egipto y aceptar sobornos para influir en sus decisiones políticas.
«El gobierno que dirijo no puede mantenerse insensible ante esta situación. No hay sacrificio demasiado grande por nuestro país», expresó Menéndez ante la corte, donde también se acusó a su esposa, Nadine Arslanian, y a los empresarios Wael Hana y Fred Daibes, todos declarándose no culpables.
Pese a las crecientes presiones para que renuncie a su cargo, Menéndez se ha mantenido firme, sin revelar si buscará la reelección en los próximos comicios. Su resistencia llega en un momento crítico, cuando su liderazgo y legado están bajo escrutinio no solo por estas acusaciones sino por un historial de controversias legales que datan de hace una década.
En 2015, Menéndez fue acusado de recibir obsequios lujosos y donaciones de campaña del oftalmólogo de Florida, Salomon Melgen, en un caso que quedó sin resolución tras un juicio con jurado. Esta no es la primera vez que Menéndez se enfrenta a acusaciones de corrupción, pero sí la más grave hasta la fecha, con 18 cargos en su contra y un juicio programado para el 6 de mayo.