Boris Johnson en Caracas: Visita fue cuadrada con Delcy por un exbanquero de JPMorgan

Boris en la Cumbre G7

Boris Johnson en Caracas: Visita fue cuadrada con Delcy por un exbanquero de JPMorgan

El viaje del exprimer ministro británico a Venezuela abre un nuevo capítulo en las complejas relaciones entre Londres y Caracas.


En una jugada inesperada que podría tener repercusiones significativas para las relaciones internacionales, Boris Johnson, el polémico exprimer ministro británico, realizó un viaje a Venezuela a principios de febrero, gestionado por el exbanquero de JPMorgan, Maarten Petermann, cofundador de Merlyn Advisors, con sede en Londres. Este encuentro, reportado inicialmente por el Financial Times, sugiere un intento por parte de Johnson de actuar como un canal diplomático informal entre el Reino Unido y Venezuela, con el fin de normalizar las relaciones diplomáticas entre ambos países.

A pesar de que el equipo de Johnson indicó que contaba con el «apoyo activo» del Ministerio Británico de Asuntos Exteriores, una fuente de este departamento afirmó al FT que Johnson «actuaba por cuenta propia». Este punto es crucial, ya que subraya la naturaleza no oficial de la misión, añadiendo capas de complejidad a la interpretación de este gesto diplomático.

La vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, habría ayudado a gestionar la reunión, lo que subraya la seriedad con la que ambos lados trataron el encuentro. Sin embargo, las conversaciones entre Johnson y funcionarios venezolanos se centraron en temas de importancia global como la democracia, los derechos humanos y la situación en Ucrania, según el portavoz del político conservador.

Esta visita ocurre en un momento en que las relaciones entre Occidente y Caracas son particularmente tensas, dada la investigación en curso contra el gobierno de Maduro por supuestos delitos contra la humanidad, incluyendo torturas y ejecuciones extrajudiciales. Además, el Reino Unido no reconoce la legitimidad de Maduro tras su reelección en 2018, un proceso electoral ampliamente criticado y considerado fraudulento por la comunidad internacional.

La figura de Petermann emerge como un personaje clave en este escenario, dada su inversión en mejorar las relaciones entre el Reino Unido y Venezuela. Su vinculación con la Fundación Aspinall, que contrató a Carrie Johnson, esposa de Boris, como jefa de comunicaciones, añade otra dimensión a la trama, sugiriendo una red de conexiones que trascienden lo puramente diplomático.

El portavoz de Johnson subrayó que cualquier esperanza de normalización de las relaciones entre ambos países pasa por un «proceso democrático apropiado» en Venezuela, y recalcó la necesidad de que el país «abraza completamente la democracia y respete la integridad territorial de sus vecinos», en clara alusión a las tensiones territoriales con Guyana.

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