Delcy Rodríguez denuncia actos de vandalismo contra los servicios públicos, mientras el país se prepara para unas elecciones presidenciales marcadas por la controversia.
Venezuela se encuentra en un momento crítico de su historia reciente, con acusaciones cruzadas y un ambiente político cada vez más tenso a medida que se acercan las elecciones presidenciales del 28 de julio. La vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, ha lanzado una seria acusación contra la oposición, a la que responsabiliza de ordenar actos de sabotaje contra los servicios públicos del país.
Según Rodríguez, «la derecha extremista» no solo busca desestabilizar al gobierno actual sino que, consciente de su supuesta incapacidad para acceder al poder mediante el voto popular, ha recurrido a tácticas de vandalismo. Un ejemplo de ello sería el reciente «acto de sabotaje» en la estación Agua Salud del Metro de Caracas, donde se habría captado a una persona dañando deliberadamente las instalaciones.
Este incidente, denunciado ampliamente por la vicepresidenta en redes sociales, se suma a las tensiones preelectorales en un país ya marcado por la polarización. Rodríguez asegura que, a pesar de estos ataques, el plan «Metro se mueve contigo» continuará adelante.
La situación se complica aún más con la inhabilitación política de María Corina Machado por 15 años por parte del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), lo que deja en el aire la pregunta sobre quién será el principal contendiente de Nicolás Maduro en las próximas elecciones.
Este escenario, cargado de incertidumbre y acusaciones mutuas, se ve agravado por denuncias del gobierno sobre la detección y neutralización de al menos cinco planes conspirativos, que implicarían no solo a voces opositoras sino también a organismos internacionales y fuerzas extranjeras.