Entre acusaciones y desmentidos, la campaña presidencial venezolana se ve empañada por intentos de desinformación sobre Corina Yoris.
En el turbulento camino hacia las elecciones presidenciales venezolanas, la desinformación se ha convertido en una herramienta de conflicto político. La última víctima de esta táctica es Corina Yoris, cuya candidatura se ha visto envuelta en controversia debido a afirmaciones infundadas sobre su supuesta doble nacionalidad.
Iris Varela, figura prominente del chavo-madurismo, alegó este domingo que Yoris, por tener «doble nacionalidad uruguaya y venezolana», estaría inhabilitada para inscribirse en las próximas elecciones, citando el artículo 41 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Sin embargo, esta acusación ha sido desmentida por «Cazadores de Fake News», quienes aseguran que la afirmación de Varela sobre la doble nacionalidad de Yoris es falsa. La controversia surgió tras la vandalización de la entrada de Wikipedia de Yoris, donde se editó su biografía unas 50 veces en un corto período, introduciendo el bulo de su doble nacionalidad. Estas modificaciones provocaron una rápida respuesta de los moderadores de la plataforma, que revirtieron los cambios y bloquearon la edición pública para prevenir más actos de vandalismo.
Editar contenidos de fuentes abiertas para difundir información errónea es una táctica conocida en operaciones de influencia, diseñada para sembrar dudas y legitimar desinformación. La rápida difusión de este bulo en redes sociales pone de manifiesto no solo las vulnerabilidades de las plataformas digitales ante la desinformación, sino también el clima de tensión y polarización que caracteriza el actual escenario político venezolano.
Corina Yoris, nacida en Caracas de padres venezolanos, enfrenta ahora el desafío de superar esta oleada de desinformación, mientras se prepara para una contienda electoral marcada por la incertidumbre y el escrutinio público. La situación subraya la importancia crítica de verificar la información y cuestionar las fuentes en un ambiente político cada vez más saturado de tácticas destinadas a confundir y desviar la atención del electorado.
Por otra parte, en Uruguay, según la ley 16.021, la nacionalidad uruguaya se otorga a las personas nacidas en el territorio de Uruguay, a los hijos de ciudadanos uruguayos nacidos fuera del país, y también a los nietos de ciudadanos uruguayos mediante la Ley 19.362, conocida como Ley de nietos.
Sin embargo, en cuanto a la doble nacionalidad, la situación es específica para los llamados «ciudadanos legales», que son aquellos que han adquirido la ciudadanía uruguaya por naturalización. Uruguay diferencia entre «ciudadanos naturales» (nacionales por nacimiento o descendencia) y «ciudadanos legales». Para los ciudadanos naturales, Uruguay no impone restricciones a tener otra nacionalidad. No obstante, para los ciudadanos legales, es decir, aquellos que han obtenido la nacionalidad uruguaya a través de la naturalización, la Constitución establece que la ciudadanía legal se pierde por adquirir otra nacionalidad posteriormente.
Es decir, como Yoris nació en Caracas, no puede tener doble nacionalidad según las leyes uruguayas.
Es importante mencionar que Uruguay tiene una interpretación única de la nacionalidad, basada en la concepción de que esta es una característica innata, lo que ha llevado a complicaciones internacionales, especialmente en lo que respecta a la emisión de pasaportes a ciudadanos legales.