CASTELLANOS: Sobre el cuidado animal

PERROS

Para el autor, el funcionamiento de instituciones y organismos especializados en el bienestar animal no son un preciosismo, es un requerimiento que tiene impacto real sobre la vida de la gente.

Por Julio Castellanos

En los últimos meses, el ciudadano Pedro Carvajal, ha sido noticia en Carabobo por su intensa campaña en favor de la creación de un Hospital Veterinario Público, de hecho, en días recientes organizó una caminata en Valencia por los “Sin Voces” que captó un importante entusiasmo en la ciudad. La preocupación de Pedro Carvajal y la de muchos otros activistas por la protección de los animales no es un tema fácilmente despachable, no se le puede decir “eso no es una prioridad”, al contrario, amerita reflexión por parte de toda la ciudadanía y acciones de las autoridades públicas.

En primer lugar, el bienestar de las mascotas es importante para quienes tienen gatos y perros en sus hogares, existe documentación que revela que la compañía de estos animales es positiva emocionalmente tanto para niños y jóvenes como para los adultos mayores. Asimismo, los animales de granja, cuya explotación nos permite acceder a diversos productos proteicos, precisan el acceso a servicios de inmunización, asistencia técnica reproductiva y genética, suplementos vitamínicos y otros cuidados veterinarios. De hecho, por mencionar un ejemplo, internacionalmente se sigue identificando a Venezuela como un país con presencia endémica de Fiebre Aftosa, eso impide comercializar la producción ganadera en el mercado internacional. Salir de esa clasificación requiere una política de inmunización y control sanitario muy robusto y profesional.

En Venezuela también hay especies animales en riesgo de extinción. La existencia de centros técnicos y de investigación que puedan colaborar y asesorar a los cuerpos de protección civil y bomberos forestales para proteger esas especies y sus entornos naturales es de suma importancia, principalmente, en el contexto del cambio climático que tantas consecuencias tiene sobre los hábitats.

Por todos estos elementos, el funcionamiento de instituciones y organismos especializados en el bienestar animal no son un preciosismo, ni una moda, ni cosa de hippies, es un requerimiento que tiene impacto real sobre la vida de la gente. Por estos días la Asamblea Nacional 2020 se encuentra organizando consultas públicas sobre la reforma de la Ley para la Protección de la Fauna Doméstica, Libre y en Cautiverio que data del 2010. Buen momento para recordar que aunque esa ley lo ordena, la mayoría de los municipios y estados no cuentan con albergues públicos para animales, no tienen en funcionamiento unidades de cuidado animal, no tienen servicios de inmunización animal en funcionamiento y, peor aún, ni siquiera tienen leyes regionales u ordenanzas municipales sobre la materia. No debemos mantenernos solo en el plano de las palabras, hay que pasar a los hechos.

Las opiniones publicadas en El Nuevo País son responsabilidad absoluta de su autor.

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