Las negociaciones entre el FMI y El Salvador destacan la importancia de abordar los riesgos del bitcoin, en medio de esfuerzos por alcanzar un acuerdo económico.
En un contexto económico global cada vez más complejo y digitalizado, El Salvador se encuentra en el punto de mira del Fondo Monetario Internacional (FMI), específicamente por su pionera adopción del bitcoin como moneda de curso legal. La institución financiera ha señalado que abordar los riesgos asociados a la criptomoneda es un componente crucial en las negociaciones actuales con el gobierno del presidente Nayib Bukele, en busca de un esquivo acuerdo económico.
«Abordar los riesgos derivados del bitcoin es un elemento clave de nuestras conversaciones con las autoridades» salvadoreñas, afirmó Julie Kozack, portavoz del FMI, subrayando la importancia de este tema en las discusiones. A pesar de los desafíos, el FMI mantiene un tono de colaboración, destacando el continuo trabajo con las autoridades de El Salvador para alcanzar un acuerdo satisfactorio.
Desde el anuncio del exministro de Hacienda Alejandro Zelaya en marzo de 2021, las negociaciones han girado en torno a políticas destinadas a fortalecer la gobernanza económica, garantizar la sostenibilidad fiscal y externa, y promover el crecimiento de la productividad. Estos diálogos cobran mayor relevancia tras la confirmación de Bukele de que las conversaciones con el FMI continúan, alimentando esperanzas de un acuerdo pos-elecciones de 2024, elecciones que Bukele ganó con una amplia mayoría, extendiendo su mandato hasta 2029 a pesar de los límites constitucionales sobre la reelección.
La adopción del bitcoin por El Salvador en septiembre de 2021 fue un movimiento audaz que capturó la atención global, aunque el uso masivo de la criptomoneda y la realización de las expectativas iniciales han quedado cortos. Este experimento criptográfico ha sido objeto de críticas por su falta de transparencia y los riesgos potenciales que representa para la economía del país.