En medio de tensiones internacionales, Rusia y China consolidan su alianza estratégica abordando temas como Ucrania y Gaza.
El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y su homólogo chino, Wang Yi, han celebrado un encuentro clave este martes en Pekín, que se perfila como un nuevo capítulo en la creciente alianza estratégica entre Rusia y China. En una reunión marcada por la discusión de temas críticos como la guerra en Ucrania y el conflicto en Gaza, ambos países han reiterado su compromiso con la cooperación y la búsqueda de soluciones conjuntas a los desafíos internacionales.
«Hemos tenido un intercambio profundo sobre distintos temas candentes internacionales y regionales, incluidos los conflictos de Ucrania y palestino-israelí», declaró Wang Yi, subrayando la importancia de mantener estrechos intercambios y fortalecer la cooperación estratégica entre ambas naciones.
Por su parte, Serguéi Lavrov criticó las sanciones impuestas por países occidentales contra Rusia, señalando que esta política de sanciones se extiende también contra China. Lavrov expresó su agradecimiento hacia Pekín por el apoyo mostrado tras la reciente reelección de Vladimir Putin, destacando la solidaridad entre ambos países frente a las presiones externas.
En cuanto al conflicto en Gaza, los ministros enfatizaron la necesidad de un alto el fuego y el apoyo a la creación de un estado palestino. Coincidieron en que la reciente resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, en la que Estados Unidos se abstuvo de ejercer su derecho a veto, es vinculante y de obligado cumplimiento, mostrando una línea común en su postura respecto al conflicto.
Este acercamiento entre China y Rusia se produce en un contexto de tensiones crecientes con Occidente y refleja una alianza estratégica que se ha intensificado desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania. Mientras China mantiene una postura de neutralidad declarada en el conflicto ucraniano, ha sido objeto de críticas por su negativa a condenar la ofensiva rusa y por su relación cada vez más estrecha con Moscú.
Analistas sugieren que China posee una posición dominante en su relación con Rusia, una dinámica que se ve reforzada por el aislamiento internacional de Moscú.