Venezuela y Chile enfrentan posturas opuestas sobre la presencia del grupo criminal Tren de Aragua en América Latina.
En un reciente intercambio de declaraciones que ha encendido la polémica, el canciller venezolano Yván Gil ha rechazado vehementemente las acusaciones sobre el impacto de bandas criminales venezolanas, como el Tren de Aragua, en Latinoamérica. Estas declaraciones surgen como respuesta a las preocupaciones expresadas por su homólogo chileno, Alberto van Klaveren, quien mostró su estupor ante las afirmaciones de Gil, calificando al mencionado grupo criminal como una «invención mediática internacional».
La controversia se intensificó cuando Gil, a través de X, criticó la narrativa construida alrededor de estas bandas criminales, alegando que tiene como fin único «enlodar el gentilicio venezolano y a su Gobierno». En este contexto, instó al Gobierno chileno a desechar lo que considera un «relato impuesto por los grandes medios» y a abordar el combate al crimen de una manera más profesional.
Estas declaraciones de Gil contradicen la percepción generalizada sobre el Tren de Aragua, conocido por ser una organización criminal transnacional originaria de Venezuela, involucrada en una amplia gama de actividades delictivas, incluyendo asesinatos, extorsiones, secuestros, y tráfico de personas. Desde 2018, se ha documentado la expansión del grupo a lo largo de la ruta migratoria venezolana, marcando su presencia en países como Colombia, Perú y Chile.
La posición de Gil ha generado una fuerte reacción por parte de las autoridades chilenas. Van Klaveren expresó su sorpresa y rechazó el negacionismo de Venezuela sobre los impactos del crimen transnacional organizado en Chile y la región. De manera similar, la ministra del Interior de Chile, Carolina Tohá, calificó como un «insulto» la negativa de Venezuela a reconocer la existencia y el impacto del Tren de Aragua, reforzando la preocupación de Chile por las consecuencias de las actividades criminales transnacionales en su territorio.
A pesar de las negativas de Gil, el Gobierno venezolano había anunciado previamente el desmantelamiento «total» de esta banda criminal tras la intervención de la cárcel de Tocorón, y mantiene una recompensa de 250.000 dólares por información que lleve a la captura de Héctor Guerrero, alias ‘Niño Guerrero’, líder del Tren de Aragua.