La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha incluido a Venezuela en su informe anual, acusando al gobierno de debilitar la democracia y violar derechos fundamentales para desalentar la participación política.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha emitido una fuerte condena contra el Gobierno venezolano por perpetrar violaciones sistemáticas de los derechos humanos, según revela su informe anual. La denuncia llega en un momento crucial, justo antes de las elecciones presidenciales venezolanas programadas para el 28 de julio.
El informe detalla cómo el Estado venezolano ha infringido de manera reiterada derechos fundamentales, como la libertad de expresión y la independencia institucional, con el objetivo explícito de consolidar el poder en el Ejecutivo y desalentar activamente la participación política opositora.
La CIDH ha subrayado la «grave situación de derechos humanos» en Venezuela, marcada por un deterioro significativo en la separación de poderes y la autonomía del Poder Judicial. Esta falta de independencia judicial ha facilitado un ambiente de impunidad frente a serias violaciones de derechos humanos, perpetuadas no solo en el presente, sino también durante las protestas masivas de 2015 y 2017.
La Comisión ha recordado al mundo que la crisis en Venezuela ha empujado a más de 500.000 personas a abandonar el país en 2023, elevando el total de migrantes y refugiados venezolanos a más de 7 millones desde 2015, en una de las mayores crisis migratorias del mundo actual.
En una perspectiva internacional, la CIDH ha pedido el levantamiento de las sanciones sectoriales impuestas contra Venezuela, respaldando los hallazgos de la relatora especial de la ONU, Alena Douhan. Según la relatora, estas sanciones han exacerbado las condiciones de vulnerabilidad de la población sin tener una base legal sólida en el derecho internacional.
La CIDH argumenta que la difícil situación económica y social de Venezuela, si bien es influida por las sanciones, también tiene raíces en políticas internas como la mala gestión pública y la corrupción endémica.
A pesar de que Venezuela se retiró del Sistema Interamericano de Derechos Humanos, la CIDH ha expresado su disposición a colaborar con el Estado para implementar sus recomendaciones y mejorar la situación de derechos humanos en el país. La comisión también se ha ofrecido a visitar Venezuela para evaluar la situación de primera mano y trabajar hacia una posible solución a la crisis política y humanitaria.