El exmandatario uruguayo, José Mujica, reflexiona sobre la falta de cooperación regional frente a crisis como la pandemia de COVID-19.
En una entrevista reciente con la Agencia EFE, el expresidente uruguayo José Mujica ha expresado su preocupación por lo que él considera una pérdida de perspectiva del interés común en América Latina, especialmente evidenciada durante la pandemia de COVID-19. Según Mujica, la región, que representa el 6 % de la población mundial, desafortunadamente aportó el 30 % de los fallecimientos mundiales por el virus, un dato que, para él, refleja una falta de unidad y acción colectiva.
Mujica, quien lideró Uruguay entre 2010 y 2015, criticó la falta de iniciativas conjuntas en el continente para enfrentar a las grandes farmacéuticas con un planteamiento unificado. «No hubo una sola reunión de presidentes o cancilleres para hacerle a las farmacéuticas un planteo continental”, lamentó el exmandatario, señalando que cada país actuó independientemente, dejando de lado la posibilidad de un esfuerzo conjunto que podría haber beneficiado a toda la región.
El líder uruguayo también señaló cómo las tensiones internas y la falta de diplomacia coordinada entre los países debilitan a la región en el escenario mundial. Propuso que, en lugar de acciones individuales, países como Brasil y Argentina podrían tener más impacto actuando juntos. “Una cosa es un planteo que hagan Brasil y Argentina juntos y otra cosa es que lo hagan por separado», explicó.
Mirando hacia el futuro, Mujica ve a Uruguay como un potencial mediador en la región, dada su percepción como una nación sin aspiraciones imperialistas. Sugerencias como un sistema de salud común, incluyendo bancos de órganos y tratamiento de enfermedades raras, son algunas de las iniciativas que propone para fomentar más integración. Además, aboga por una mayor facilidad de movimiento dentro de la región, similar a la zona Schengen en Europa.
Finalizando su intervención, Mujica enfatizó la necesidad de armonización en políticas aduaneras y regulatorias para facilitar el comercio interregional, simplificando así los procesos que actualmente representan un dolor de cabeza para los negocios en América Latina. Con estas medidas, espera que la región no solo afronte mejor las crisis futuras, sino que también fortalezca su cohesión interna.