Con un enfoque renovado en la defensa nacional y de alianzas, Alemania busca adaptarse a las nuevas realidades geopolíticas y amenazas contemporáneas.
En un contexto de crecientes tensiones globales, Alemania se posiciona con una transformación radical en su política de defensa mediante el «Decreto de Osnabrück», anunciado por el ministro Boris Pistorius. Esta reforma, la más significativa en décadas, reorienta a la Bundeswehr hacia la defensa nacional y de alianzas, respondiendo a una Europa que enfrenta amenazas inminentes, principalmente de Rusia.
El canciller Olaf Scholz subraya que este nuevo enfoque es una respuesta necesaria ante una «situación de amenaza en Europa completamente distinta». La reforma estructura un nuevo cuerpo especializado en defensa cibernética y reorganiza el mando militar para mejorar la coordinación tanto en el territorio alemán como en operaciones internacionales, lo que facilitará la integración con estructuras de la UE y la OTAN.
Con un presupuesto de defensa que proyecta alcanzar los 71.000 millones de euros en 2024, Alemania enfrenta el desafío de mantener el financiamiento después de 2027. Marcel Schleifer del Instituto Ifo advierte sobre las complicaciones financieras futuras y la necesidad de un compromiso sostenido del sector industrial de defensa.
Hans-Christoph Atzpodien, de la Asociación Federal de Industrias Alemanas de Seguridad y Defensa, expresa preocupación por la capacidad de Alemania para cumplir con el objetivo de gasto del 2% del PIB en defensa de la OTAN. Esta cifra requeriría ajustar el presupuesto a 96.000 millones de euros para 2028, reflejando la magnitud del compromiso de Alemania con su seguridad y la de sus aliados.