La testigo contó cómo conoció a Trump en un torneo de golf cuando tenía 27 años. «Sabía que era mayor, probablemente mayor que mi padre».
La exactriz de cine porno Stormy Daniels subió al estrado de los testigos este martes en el juicio a Donald Trump, acusado de ocultar el pago de su silencio sobre una supuesta relación extramatrimonial, que ha sentado en el banquillo al primer expresidente de Estados Unidos.
«La fiscalía llama a Stormy Daniels», una de las testigos más esperadas en este histórico juicio al actual candidato a la presidencia de Estados Unidos en las elecciones de noviembre, y en el centro de la causa a Trump. Daniels, de 45 años, asegura que tuvo un encuentro sexual con Trump en 2006.
En plena recta final de las elecciones de 2016, cuando los escándalos sexuales amenazaban la campaña electoral que el magnate republicano ganó frente a Hillary Clinton, la mujer recibió un pago de 130.000 dólares para guardar silencio sobre aquel episodio.
Trump hizo pasar el pago a la exactriz, cuyo nombre real es Stephanie Clifford, como gastos legales de su entonces abogado personal Michael Cohen, que había adelantado el dinero de su bolsillo, de la empresa familiar Trump Organization. Ahora está acusado de falsificar 34 documentos, en un juicio histórico.
Nerviosa, la testigo contó cómo conoció a Trump en un torneo de golf cuando tenía 27 años. «Sabía que era mayor, probablemente mayor que mi padre», dijo Daniels a escasos metros del magnate, con la mirada perdida al frente, mientras ajustaba su pelo y se ponía las gafas.
La fiscalía muestra una foto de los dos en el golf, Trump con camisa amarilla y sombrero y ella con un top negro abrazándose.
«El Sr. Trump dijo que quería cenar conmigo», refirió la testigo que relató cómo llegó a la suite del hotel, «tres veces más grande que mi apartamento», donde la esperaba el magnate con flores y en pijama de seda que después cambió por una camisa y un pantalón de calle.
Después de describir en detalle la habitación del hotel y la conversación, dijo que caminó por el dormitorio para ir al baño.
«El señor Trump entró al dormitorio y estaba en la cama», testificó, y precisó que vestía boxers y una camiseta. «Pensé, Dios mío, ¿qué interpreté mal para llegar hasta aquí?», dijo bajo el interrogatorio directo de la fiscal Susan Hoffinger.
«Al principio me sobresalté, como si me asustara, no esperaba que hubiera alguien allí, especialmente sin tanta ropa», declaró. “Se paró entre la puerta y yo. No de manera amenazante. No vino hacia mí, no se abalanzó sobre mí. Nada de eso», alegó Daniels.
Daniels testificó que se desmayó en ese momento, pero aclaró que no estaba drogada y que no habían estado bebiendo. Anteriormente dijo que solo bebían agua. En ese momento Trump hizo una señal a su abogada Susan Necheles para que formulara una objeción sobre el testimonio del “desmayo”. Hizo lo mismo varias veces durante este testimonio para generar objeciones. Trump estuvo muy comprometido con la defensa mientras continuaba el interrogatorio directo. Básicamente, la abogada de Trump objetó cada vez que Daniels y la fiscalía estuvieron a punto de sugerir que Trump la preparó o la agredió contra su voluntad.
Ella continuó: «Hubo un desequilibrio de poder, sin duda. Él era más grande y bloqueaba el camino», pero agregó: «No fui amenazada verbal o físicamente», afirmó Daniels.
«Me quité la ropa y los zapatos. Me quité el sostén. Estábamos en posición de misionero», indicó Daniels a través de su testimonio.
Daniels estimó que Trump era «definitivamente varios centímetros más alto y mucho más grande», y puso su mano sobre su cabeza para medir.
«Lo siguiente que supe es que estaba en la cama», respondió cuando se le preguntó si recordaba cómo se quitó la ropa, y dijo que no.
Trump, de 77 años, niega que tuviera sexo con la exactriz. Susan Necheles, abogada de la defensa del expresidente, presentó una objeción ante el juez Juan Merchan que preside el juicio para que se le prohibiera testificar sobre cualquier «acto sexual». «Es indebidamente perjudicial», dijo Necheles al juez.
La fiscal Susan Hoffinger aseguró a la corte que el testimonio de Daniels no sería gráfico y «omitiría detalles demasiado salaces». Esta es la primera vez que Daniels se encuentra cara a cara con el magnate que durante años la ha denigrado, incluso cuando estaba en la Casa Blanca.