González Urrutia, en artículo publicado en The Economist, insta a una verificación imparcial de los resultados electorales para asegurar que prevalezca la democracia en Venezuela.
En un artículo exclusivo para The Economist, Edmundo González Urrutia, candidato presidencial por la Plataforma Unitaria Democrática, comparte su perspectiva sobre las recientes elecciones y la urgente necesidad de transparencia y reconciliación en el país.
Edmundo González Urrutia, un veterano servidor público y diplomático, sirvió como embajador de Venezuela en Argentina durante la presidencia de Hugo Chávez. Aceptar la candidatura presidencial de la Plataforma Unitaria Democrática, una coalición de partidos de oposición, fue un paso significativo para González Urrutia, explica. Su candidatura contó con el apoyo de María Corina Machado, quien ganó las primarias de la coalición en octubre de 2023 pero fue descalificada arbitrariamente de la carrera presidencial.
González Urrutia explica su decisión de postularse: «Acepté la candidatura porque consideré que era mi deber con mi país y con mi conciencia como ciudadano que cree que la urna electoral es el medio por el cual el pueblo debe decidir quién lo representa y quién lo gobierna.»
Las recientes elecciones presidenciales del 28 de julio vieron una participación masiva y pacífica del pueblo venezolano. González Urrutia afirma: «El resultado fue claro: obtuve una gran mayoría indiscutible. Hemos demostrado esto con los datos emitidos por el sistema de votación automatizado en la gran mayoría de los aproximadamente 16.000 centros de votación del país. Nuestros testigos obtuvieron los resultados individuales de más del 80% de las máquinas de votación en el país y están disponibles para que el mundo los vea en un sitio web. Según este conteo detallado, recibí el 67% de los votos.»
Este resultado, según González Urrutia, coincide con los hallazgos de las encuestas más respetadas antes de las elecciones, así como con las encuestas de salida y conteos rápidos realizados el día de las elecciones. Incluso, cuenta en The Economist el ex diplomático, los miembros del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) de Nicolás Maduro, presentes en los centros de votación, fueron testigos de cómo los ciudadanos de todo el país votaron abrumadoramente a favor del cambio y la libertad.
González Urrutia recuerda que en su campaña prometió una transferencia de poder democrática y ordenada, como exige la constitución venezolana. También prometió un gobierno para todos, respetuoso del estado de derecho y dedicado a promover la reconciliación nacional para resolver la crisis que afecta las vidas de los venezolanos, especialmente los más vulnerables.
Esta crisis es tan severa que alrededor de 8 millones de venezolanos, un cuarto de la población, han emigrado en la última década.
El régimen liderado por Maduro ha ignorado el resultado de las elecciones y proclamado apresuradamente un resultado falso e indemostrable, considera González Urrutia. «Occidente y otras potencias deben rechazar rotundamente el resultado oficial».
González Urrutia aboga por el respeto a la voluntad libre y pacífica del pueblo venezolano y rechaza cualquier forma de violencia. «Sería contrario a mis principios y a mi historial de toda la vida abogar por cualquier tipo de violencia, y mucho menos un golpe de Estado. El régimen, por el contrario, parece estar dispuesto a mantenerse en el poder por cualquier medio posible, incluida la violencia,» advierte.
La solución lógica y justa es llevar a cabo una verificación competente e imparcial de los resultados electorales con urgencia, como han propuesto varios gobiernos latinoamericanos, propone. Solo a través de la verdad Venezuela encontrará una manera de avanzar desde este momento crítico. «Los demócratas del mundo deben defender ese principio mientras presionan por una solución inmediata a la crisis,» concluye González Urrutia.
«He sido siempre, por vocación y convicción, un hombre de paz. Es en paz que buscaré una manera para que los venezolanos resuelvan esta situación de manera responsable,» afirma González Urrutia.