El presidente de Panamá expresa su disposición a darle asilo político a Nicolás Maduro si esto facilita una transición en Venezuela, aunque reconoce las dificultades que enfrentaría para justificarlo ante su población.
En un movimiento inesperado que podría marcar un punto de inflexión en la crisis venezolana, el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, ha declarado su disposición a ofrecer asilo político al mandatario venezolano Nicolás Maduro si esto contribuye a una transición pacífica en el país sudamericano. Durante una entrevista concedida a CNN, Mulino aseguró que «Panamá hará lo necesario para ayudar a salir de la crisis de Venezuela», aunque admitió que ofrecer refugio a Maduro no sería fácil de justificar ante la población panameña.
“Lo que Panamá tenga que hacer para ayudar a salir de la crisis de Venezuela, lo vamos a hacer”, expresó Mulino, dejando claro que su gobierno está dispuesto a asumir un papel activo en la resolución del conflicto que ha dejado a Venezuela en una crisis política, económica y social sin precedentes. Mulino subrayó que ya ha comunicado su disposición al presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, a través de la Cancillería panameña.
En su propuesta, Mulino planteó que Panamá podría servir como un «puente» en la transición de Maduro hacia un tercer país, aunque fue categórico al señalar que no cree que el mandatario venezolano pueda quedarse en Panamá de forma permanente. «Eso me costaría a mí muchísimo venderlo a la población», reconoció, aludiendo a las posibles tensiones que tal medida podría generar dentro de su propio país.
Mulino también destacó que esta no sería la primera vez que Panamá desempeña un papel crucial en la resolución de una crisis internacional. “Si esa es la cuota de aporte, de sacrificio que Panamá tiene que hacer, poniendo nuestro suelo para que este señor y su familia salgan de Venezuela, Panamá lo haría. Es un aporte de nuestro país”, reiteró, enfatizando que su país está dispuesto a asumir riesgos por el bien de la estabilidad regional.
La oferta de Mulino se produce en un contexto de creciente presión internacional sobre el gobierno de Maduro, que ha enfrentado múltiples denuncias de fraude electoral y violaciones de derechos humanos. Si bien la propuesta de asilo político podría facilitar una salida negociada para Maduro, la idea de que el controvertido líder venezolano busque refugio en Panamá plantea interrogantes sobre las repercusiones políticas y diplomáticas para la administración de Mulino.
La historia de Panamá en la mediación de crisis internacionales, como en el caso del exdictador haitiano Jean-Claude Duvalier en la década de 1980, es un antecedente que Mulino parece estar dispuesto a repetir. Sin embargo, ofrecer asilo a un líder tan polarizante como Nicolás Maduro podría tener un costo político considerable en el ámbito interno y en las relaciones con otros países de la región.