Según el Kremlin, los avances fueron frenados en estas últimas 24 horas por bombardeos aéreos, drones y artillería, y el envío de reservas del agrupamiento «norte», desplegado en la región ucraniana de Járkov.
El ejército ruso afirmó este domingo 11 de agosto que logró frenar el avance de las tropas ucranianas cerca de tres localidades de la región de Kursk, a unos 30 kilómetros de la frontera común, y que sus soldados les han causado al menos 1.350 bajas desde el inicio de la incursión hace seis días.
En un comunicado, el ejército señaló que impidió «intentos de avance» de «grupos blindados móviles» ucranianos cerca de las localidades de Tolpino, Juravli y Obshchi Kolodez.
Los avances fueron frenados en estas últimas 24 horas por bombardeos aéreos, drones y artillería, y el envío de reservas del agrupamiento «norte», desplegado en la región ucraniana de Járkov, según la misma fuente.
El ejército ruso también afirmó haber bombardeado con misiles y artillería a las tropas ucranianas cerca de otras cuatro localidades e impedido que avanzaran en el distrito de Belovski, más al este.
Ucrania lanzó el martes una operación terrestre a gran escala en la región fronteriza rusa de Kursk, tras meses de repliegue ante el ejército ruso en el frente este de Ucrania. Moscú respondió el sábado con “operaciones antiterroristas” en las regiones de Bélgorod, Briansk y Kursk para frenar la incursión.
Ejército ruso no reporta sus bajas
El Ministerio de Defensa de Rusia afirmó por su parte que las fuerzas ucranianas han sufrido hasta 1.350 bajas desde el inicio de la incursión terrestre en la región rusa de Kursk, que hoy cumple seis días.
Según el parte castrense, desde el comienzo de los combates en Kursk, en la frontera con Ucrania, «el enemigo perdió a hasta 1.350 hombres y 29 tanques», además de otros equipos bélicos.
Solo en la última jornada, las bajas de Kiev alcanzaron los 230 soldados, según Defensa, que no reveló la cifra de soldados rusos muertos en combate en el mismo periodo.
En tanto, la portavoz del Ministerio de Exteriores, María Zajárova, aseguró que la respuesta de Rusia a los ataques ucranianos contra la infraestructura civil rusa con el fin de intimidar a la población «no se hará esperar» y será «dura».
«Condenamos rotundamente estos bárbaros actos terroristas destinados a destruir la infraestructura civil, matar e intimidar a civiles», afirmó la diplomática al comentar el bombardeo nocturno de Kursk y otras regiones rusas con drones y misiles.