HAMAS

Hamás lanza cohetes sobre Tel Aviv mientras la región se tambalea al borde del conflicto

Las Brigadas Al-Qasam reaparecen con fuerza, atacando Tel Aviv por primera vez en meses, en respuesta a lo que califican como «masacres sionistas», mientras la tensión en Oriente Medio alcanza un nuevo nivel de peligro.

En una noche que comenzó con el habitual bullicio de Tel Aviv, el sonido de una explosión rompió el aire, marcando el regreso de un viejo fantasma: las Brigadas Al-Qasam del grupo terrorista Hamás. Este martes, el brazo armado de Hamás lanzó dos cohetes M90 hacia la ciudad israelí y sus suburbios, en lo que se describe como su primer ataque directo en meses.

«Hace unos momentos, un proyectil que había sido identificado procedente de la Franja de Gaza cayó en el espacio marítimo del centro de Israel», informó el Ejército de Israel en un comunicado, confirmando que uno de los cohetes impactó en el mar frente a Tel Aviv. Aunque la explosión resonó en la ciudad, no se reportaron víctimas, según medios israelíes.

Las Brigadas Ezzedine Al-Qasam, brazo armado de Hamás, no tardaron en reivindicar el ataque. En un comunicado, afirmaron: «Las Brigadas Al-Qasam bombardearon la ciudad de Tel Aviv y sus suburbios con dos misiles M90 en respuesta a las masacres sionistas contra civiles y el desplazamiento deliberado de nuestro pueblo». La referencia a «masacres sionistas» refleja la creciente tensión que ha puesto a la región al borde de un nuevo conflicto.

Este ataque no ocurre en un vacío. Israel se encuentra en un estado de máxima alerta, no solo por la amenaza de Hamás, sino también por las crecientes tensiones con Irán y sus aliados regionales en Líbano, Irak y Yemen. Estos países han prometido responder a los recientes asesinatos de altos cargos de Hamás y del grupo libanés Hezbolá, sumando más combustible a una hoguera que ya amenaza con salirse de control.

El ejército israelí también señaló que «simultáneamente, se identificó otro proyectil que no cruzó a territorio israelí», lo que sugiere que la situación podría haber sido aún más grave. Mientras tanto, en Tel Aviv, la población sigue adelante con su vida cotidiana, aunque ahora con un ojo vigilante hacia el cielo y otro en las noticias, conscientes de que el próximo estallido podría estar a la vuelta de la esquina.