El mercado energético se calienta con la caída de reservas en EE.UU. y tensiones geopolíticas, mientras la OPEP modera el entusiasmo con previsiones de mayor producción y demanda débil.
El mercado del petróleo vuelve a ser el escenario de una montaña rusa, con los precios en ascenso este miércoles tras una combinación explosiva de factores: una inesperada caída en los inventarios de crudo en Estados Unidos y una escalada en las tensiones geopolíticas. Sin embargo, la OPEP ha puesto un freno al entusiasmo con su último informe, que prevé un aumento en la producción y una demanda global más débil.
En las primeras horas del día, el Brent, el referencial global, subió un 0,7%, alcanzando los $81,25 por barril, dejando atrás su cierre anterior de $80,69. No muy lejos, el West Texas Intermediate (WTI) también subió un 0,7%, situándose en $78,92 por barril, tras haber cerrado en $78,35 en la sesión previa.
El mercado se agitó después de que el Instituto Americano del Petróleo (API) publicara un dato que dejó a todos boquiabiertos: una caída de 5,2 millones de barriles en los inventarios de crudo en EE.UU., una cifra muy por encima de la esperada disminución de 2 millones. Este desplome en las reservas comerciales hizo sonar las alarmas de una posible escasez en el suministro doméstico, lo que rápidamente se tradujo en un aumento en los precios.
Los traders ahora están a la espera de los datos oficiales que publicará la Administración de Información Energética (EIA) más tarde en el día. Si la EIA confirma esta caída, podríamos ver una nueva oleada de compras que empuje los precios aún más arriba.
Pero los inventarios no son el único motor en juego. El mundo sigue siendo un campo minado de conflictos, y el petróleo no es inmune a las sacudidas geopolíticas. El Comando Central de Estados Unidos (CENTCOM) anunció el martes que había destruido dos embarcaciones Houthi en el Mar Rojo, calificándolas como una «amenaza clara e inminente» para las fuerzas de EE.UU. y sus aliados en la región. «Este comportamiento imprudente y peligroso de los Houthis respaldados por Irán sigue amenazando la estabilidad y seguridad regional», advirtió CENTCOM en un mensaje en X.
Los Houthis han intensificado sus ataques contra buques de carga vinculados a Israel en el Mar Rojo y el Golfo de Adén, como parte de su solidaridad con la Franja de Gaza, que ha sido blanco de la ofensiva israelí desde octubre pasado. Con el Mar Rojo siendo una arteria vital para el transporte de petróleo y combustible, este conflicto ha encendido las alarmas sobre posibles interrupciones en el suministro global, lo que naturalmente ha elevado los precios.
Mientras tanto, en el otro lado del mundo, el conflicto entre Ucrania y Rusia también está aportando su grano de arena al aumento de los precios del crudo. El presidente ucraniano Volodimir Zelenski reveló el martes que sus fuerzas continúan avanzando en la región fronteriza de Kursk, en Rusia, en medio de lo que describió como «batallas difíciles e intensas». «Nuestras fuerzas siguen avanzando en la región de Kursk, y el ‘fondo de intercambio’ de nuestro estado está creciendo», aseguró Zelenski en X, en un mensaje cargado de determinación.
Sin embargo, la OPEP ha jugado su carta para calmar las aguas. Su último informe mensual proyecta un aumento de 185.000 barriles por día (bpd) en la producción de crudo del cartel para julio, lo que ha enfriado un poco el entusiasmo del mercado. Además, la organización revisó a la baja su previsión de crecimiento de la demanda mundial de petróleo para 2024 en 135.000 bpd, una señal de que no todo es color de rosa en el horizonte energético.
En resumen, mientras los precios del petróleo encuentran impulso en la caída de inventarios y las tensiones globales, la OPEP se asegura de que no suban demasiado, recordando al mercado que el exceso de oferta y la demanda débil aún son factores a tener en cuenta.