Tras la expulsión de su personal diplomático por orden de Maduro, República Dominicana reconoce y agradece a España por asumir la custodia de sus intereses en Caracas.
En un momento de alta tensión diplomática, la República Dominicana ha encontrado un aliado en España, a quien ha agradecido profundamente por asumir la representación de sus intereses en Venezuela. Tras la salida forzosa de su personal diplomático por órdenes del presidente Nicolás Maduro, el gobierno dominicano se vio en la necesidad de buscar un protector para sus bienes y sedes en Caracas. Y esa mano amiga llegó desde Madrid.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de República Dominicana, a través de un comunicado, expresó su agradecimiento al Gobierno de España por aceptar la custodia de las instalaciones de la Embajada y el Consulado General dominicano en la capital venezolana, así como de los bienes y archivos que pertenecen al Estado dominicano. Este gesto de solidaridad y respaldo diplomático ha sido recibido con gratitud en Santo Domingo, especialmente tras la abrupta decisión de las autoridades venezolanas de expulsar a los representantes dominicanos el pasado 30 de julio.
El ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel Albares, anunció el martes que su gobierno ha asumido la responsabilidad de proteger los intereses dominicanos en Venezuela, un rol que no solo reafirma los lazos históricos entre ambas naciones, sino que también refuerza la diplomacia en tiempos de crisis.
La representación de los intereses de un tercer Estado es una práctica internacional que encuentra su fundamento en los artículos 45 y 46 de la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas de 1961, así como en el artículo 27 de la Convención de Viena sobre relaciones consulares de 1963. En este caso, España no solo protege edificios y archivos, sino también el espíritu de cooperación y entendimiento entre las naciones.
La decisión de solicitar ayuda a España surgió después de que las relaciones entre República Dominicana y Venezuela alcanzaran un nuevo nivel de tensión, con la suspensión de vuelos entre ambos países y la retirada de los diplomáticos dominicanos. En medio de esta tormenta diplomática, el gesto de España ha sido una luz en la oscuridad, un acto de amistad que la República Dominicana no ha dudado en reconocer y agradecer públicamente.