El Gobierno argentino, a través de su portavoz Manuel Adorni, ratifica su postura firme contra la repetición de comicios y reconoce a Edmundo González Urrutia como el legítimo ganador.
En medio de la tormenta política que sacude a Venezuela tras los controvertidos comicios del 28 de julio, el Gobierno argentino ha dejado clara su postura: no hay justificación para convocar a nuevas elecciones. Esta firme posición fue reafirmada este viernes por Manuel Adorni, portavoz de la Presidencia argentina, durante su habitual conferencia de prensa en la Casa Rosada.
“Está claro que consideramos quién fue el ganador de las elecciones. Ya lo he mencionado antes, y tenemos una postura firme en relación a esto. No creemos que exista justificación para convocar a nuevas elecciones en Venezuela”, declaró Adorni, subrayando la convicción del Gobierno argentino de que la voluntad popular ya ha sido expresada de manera clara y contundente.
El respaldo de Buenos Aires a Edmundo González Urrutia, el candidato opositor que ha sido reconocido por Argentina como el “ganador indiscutido” de las elecciones, ha sido consistente desde el principio. Apenas una semana atrás, la Cancillería argentina emitió un comunicado en el que se reconocía oficialmente la victoria de González Urrutia, y se subrayaba que “la voluntad popular debe ser respetada”.
Este apoyo no se ha limitado a palabras. Argentina ha condenado enérgicamente la investigación penal iniciada contra González Urrutia y la líder opositora María Corina Machado, así como las detenciones de dirigentes políticos, periodistas y trabajadores de la prensa en Venezuela. Buenos Aires ha reiterado su llamado a las autoridades venezolanas para que respeten las obligaciones internacionales, especialmente aquellas derivadas de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas.
En un gesto que refleja la creciente tensión entre ambos países, Adorni también mencionó que la Embajada de Argentina en Caracas sigue sin energía eléctrica, un problema que persiste desde hace más de una semana. La administración de Nicolás Maduro ha sido instada a restablecer el servicio lo antes posible, una situación que, aunque técnica, simboliza el enfriamiento de las relaciones diplomáticas entre las dos naciones.