Un informe de Jorge Raya Pons para El Español revela cómo la resistencia de Maduro a reconocer su derrota en las elecciones del 28 de julio está generando tensiones internas en el chavismo, mientras la oposición y la comunidad internacional intensifican su presión.
La negativa de Nicolás Maduro a reconocer su derrota en las elecciones presidenciales del 28 de julio habría desencadenado una crisis interna dentro del chavismo, según un informe de Jorge Raya Pons para El Español. Las tensiones se estarían intensificando en las filas del régimen, con Maduro responsabilizando directamente a figuras clave como Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional, y Diosdado Cabello, número dos del chavismo, por el fracaso electoral.
El informe destaca que, tras autoproclamarse vencedor con un supuesto 51% de los votos, Maduro ha comenzado a buscar culpables dentro de su círculo cercano por lo que considera una «derrota inesperada». Según fuentes internas citadas por El Español, el líder venezolano está profundamente decepcionado y receloso de sus aliados más cercanos, a quienes acusa de haberle vendido una estrategia equivocada.
Uno de los principales señalados sería Jorge Rodríguez, quien habría asegurado a Maduro que una elección controlada, incluso con la participación de la oposición, garantizaría su victoria. Según la fuente citada en el informe, Rodríguez habría presentado sondeos que subestimaban el apoyo a la oposición, particularmente a Edmundo González Urrutia, y habría convencido a Maduro de que la participación sería mucho menor de lo que realmente fue. Ahora, el presidente venezolano estaría culpando a Rodríguez por haberle inducido a error, lo que estaría generando fricciones significativas entre ambos.
Pero Jorge Rodríguez no es el único en la mira de Maduro. Diosdado Cabello, conocido por su influencia sobre la vieja guardia militar y su control sobre las bases chavistas, también habría sido responsabilizado por Maduro por una movilización insuficiente de los seguidores del gobierno. Según el informe de El Español, las tensiones entre Cabello y Maduro, siempre latentes, se habrían agudizado, y el escenario descrito es de una «guerra fría» interna que amenazaría con desestabilizar aún más el régimen.
El informe también señala que esta fractura interna se debería, en gran parte, a lo que la fuente describe como un «instinto de supervivencia» que se habría despertado en muchos de los líderes chavistas. Con Maduro cada vez más aislado y desconfiado, las maniobras dentro del régimen para asegurar el poder son más visibles que nunca. La fuente advierte que «Maduro está haciendo todo por su cuenta,» lo que podría desencadenar en cualquier momento una movida interna en su contra.
En medio de estas tensiones, el informe subraya la importancia del papel de los militares en el futuro del país. Aunque Maduro sigue contando con el respaldo de figuras clave como su esposa Cilia Flores y la vicepresidenta Delcy Rodríguez, la verdadera fuerza dentro del chavismo parece dividirse entre el grupo de Cabello, respaldado por la vieja guardia militar, y el sector liderado por Vladimir Padrino López, ministro de Defensa. Según la fuente, «ninguna movida interna tendrá éxito si no cuenta con el apoyo de Padrino López,» quien mantendría el control sobre los cuarteles en Venezuela.
El informe de El Español concluye que el futuro del régimen de Maduro es incierto, y depende en gran medida de cómo se resuelvan estas tensiones internas y de qué lado se alineen finalmente las fuerzas armadas. Mientras tanto, la oposición sigue presionando para que se reconozca la victoria de su candidato, Edmundo González Urrutia, mientras que la comunidad internacional observa con atención, consciente de que cualquier solución debe contar con el apoyo militar para tener éxito.