Jhon Chancellor, cuyo padre está detenido por el gobierno de Maduro, compartirá equipo con Matías Lacava, hijo del gobernador de Carabobo, en las eliminatorias al Mundial FIFA 2026.
La convocatoria de La Vinotinto para las eliminatorias al Mundial FIFA 2026 ha generado un interés particular, no solo por los nombres de los jugadores seleccionados, sino por una situación que refleja las tensiones políticas en Venezuela. Jhon Chancellor, defensor de la selección y cuyo padre, Carlos Chancellor, se encuentra detenido por el gobierno de Nicolás Maduro tras la ola represiva que siguió a las elecciones presidenciales del 28 de julio, compartirá vestuario con Matías Lacava, hijo de Rafael Lacava, gobernador de Carabobo y una de las principales figuras del gobierno madurista.
Este escenario agrega una capa de complejidad al entorno de La Vinotinto, donde los jugadores deberán concentrarse en su desempeño en la cancha mientras lidian con realidades políticas que podrían influir en la dinámica del equipo. A pesar de las diferencias que puedan existir fuera del campo, ambos jugadores estarán unidos bajo la bandera venezolana con un objetivo común: clasificar al Mundial de 2026.
El seleccionador Fernando «Bocha» Batista ha incluido en su lista a otros nombres clave para las eliminatorias, como el mediocampista Eduard Bello, el portero Rafael Romo y el delantero Salomón Rondón, quien, a los 34 años, sigue siendo el máximo goleador de la historia de la selección venezolana. Rondón liderará a un equipo que combina experiencia y juventud, buscando asegurar un lugar en la máxima cita del fútbol mundial.
Entre los convocados también destaca la inclusión del defensa de la Real Sociedad, Jon Aramburu, quien hizo su debut con La Vinotinto en la reciente Copa América, durante la victoria contra México en Los Ángeles. Junto a él, otros jugadores como Jefferson Soteldo, Tomás Rincón, Jhon Murillo, Darwin Machís y José Martínez, también figuran en la lista, aportando solidez y talento a la selección.
La situación de Chancellor y Lacava añade una dimensión política a la convocatoria, pero dentro del campo, la prioridad de todos los convocados será representar a Venezuela con la máxima dedicación. Mientras el país sigue enfrentando desafíos tanto dentro como fuera del deporte, La Vinotinto se prepara para luchar por su lugar en el Mundial FIFA 2026, con la esperanza de llevar alegría y orgullo a los venezolanos a través del fútbol.