El presidente ucraniano busca apoyo estadounidense para su propuesta de paz mientras la región de Kursk se convierte en un nuevo punto crítico en la guerra con Rusia.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha anunciado un ambicioso plan para poner fin a la guerra con Rusia, que tiene la intención de presentar al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en septiembre, y también a los candidatos que podrían sucederle en la Casa Blanca, Kamala Harris y Donald Trump, tras las elecciones presidenciales de noviembre. Este plan, según Zelenski, es fundamental para alcanzar una paz duradera, pero advierte que Ucrania debe estar en una posición de fuerza antes de iniciar cualquier diálogo.
Durante una rueda de prensa en Kyiv, Zelenski enfatizó que la guerra terminará finalmente mediante el diálogo, pero subrayó la importancia de convocar una cumbre este año para promover su visión de paz. En un contexto de continuas hostilidades, el presidente ucraniano también anunció que Ucrania ha realizado su primera prueba de un misil balístico de producción nacional, lo que refleja la determinación de Kyiv de fortalecer su posición defensiva.
Uno de los focos de tensión actuales es la región rusa de Kursk, donde Ucrania ha lanzado una incursión militar sorpresa desde el 6 de agosto. Aunque Zelenski aseguró que esta operación no es una ocupación, sino una defensa para evitar que las tropas rusas tomen más territorio ucraniano, la situación ha alarmado a la comunidad internacional debido a la proximidad de la central nuclear de Kursk a los combates.
El director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, visitó recientemente la planta de Kursk y expresó su preocupación por su ubicación «tan cerca» del frente de guerra. «Bajo ninguna circunstancia debe ser atacada una central nuclear», advirtió Grossi, recordando los peligros inherentes a la operación de una planta nuclear en un entorno bélico.
Grossi destacó que la central de Kursk, aunque diferente a Chernóbil, comparte algunas vulnerabilidades debido a la falta de estructuras de defensa modernas. «El núcleo del reactor está protegido por un tejado normal, lo que le convierte en ‘frágil’ y ‘extremadamente expuesto’ a un posible ataque», explicó, señalando que un impacto podría desencadenar un incidente nuclear con fuga radiactiva.
La situación en Kursk ha llevado al OIEA a reiterar su llamado a todas las partes a tomar medidas preventivas para evitar una catástrofe nuclear. La organización fue informada por Rusia del hallazgo de fragmentos de drones cerca del almacén de combustible nuclear gastado de la planta, lo que aumenta la preocupación sobre la seguridad de la instalación en medio del conflicto.
Mientras tanto, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha acusado a Ucrania de intentar atacar la planta de Kursk, lo que ha exacerbado las tensiones entre ambos países. Con las fuerzas rusas adentrándose en el este de Ucrania y la ofensiva ucraniana en Kursk avanzando, la región se ha convertido en un nuevo punto crítico en una guerra que sigue generando incertidumbre y peligro a nivel global.