La Media Luna Roja palestina confirma diez muertes tras una serie de operaciones del Ejército israelí en Cisjordania. La ONU y la comunidad internacional denuncian el uso desproporcionado de la fuerza.
Cisjordania vivió una noche de violencia implacable cuando diez milicianos palestinos murieron en una serie de incursiones del Ejército israelí en varias localidades al norte de este territorio ocupado. Las operaciones, catalogadas como “antiterroristas” por los israelíes, que incluyeron bombardeos aéreos y ataques con drones, han sido calificadas por la ONU como un «uso innecesario y desproporcionado de la fuerza.»
La Media Luna Roja palestina confirmó la muerte de cuatro palestinos en un ataque al campo de refugiados de Fara, en Tubas, dos más en Yenín y otros tres en un ataque con un dron israelí a un vehículo en Seir. Las cifras de heridos oscilan entre 11 y 15, según reportaron las agencias AFP y EFE.
Ahmed Yibril, portavoz de la Media Luna Roja, informó que los cuerpos de las víctimas fueron trasladados a hospitales, excepto los de «dos hermanos de 13 y 17 años» que murieron en su casa en el campo de refugiados, donde los servicios de rescate aún no han podido recuperarlos.
Según las Fuerzas Armadas de Israel, estas incursiones forman parte de una «operación antiterrorista» de gran escala que busca eliminar «amenazas terroristas inmediatas.» La operación incluyó incursiones en Yenín, Tubas, Nablus y Tulkarem, apoyada por drones y helicópteros artillados. El portavoz militar israelí, Nadav Shoshani, afirmó que las tropas participaron en «un intercambio de fuego en tiempo real» y que los palestinos muertos iban armados, asegurando que no hubo bajas entre los soldados israelíes.
Las brigadas de Yenín y Tulkarem, conocidos focos de resistencia armada, informaron de intensos enfrentamientos con las tropas israelíes, que irrumpieron con francotiradores, infantería, vehículos militares y excavadoras, destruyendo infraestructura a su paso.
En respuesta, Abu Rudeineh, portavoz de la Presidencia palestina, denunció que «la destrucción de ciudades, el asesinato de ciudadanos y las detenciones y la colonización no traerán seguridad, ni estabilidad a nadie.» Además, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) hizo un llamado a Estados Unidos y la comunidad internacional para que detengan lo que califican como una «guerra integral contra el pueblo palestino.»
La Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos condenó la operación, subrayando que «profundiza una situación ya catastrófica» en Cisjordania. La portavoz Ravina Shamdasani recordó que desde el 7 de octubre del año pasado, 637 palestinos han muerto en Cisjordania, el mayor número de fallecidos en un período de ocho meses desde que la ONU comenzó a llevar cifras en la región hace dos décadas. «Muchos niños han sido asesinados cuando lanzaban piedras a efectivos de las fuerzas de seguridad israelíes altamente protegidos,» afirmó, añadiendo que el uso de tácticas militares por parte de Israel viola las normas internacionales de derechos humanos.
La situación en los hospitales de Yenín es crítica, con accesos bloqueados por las fuerzas israelíes, lo que impide que las ambulancias atiendan a los heridos. Aunque un portavoz militar israelí aseguró que no planean tomar los centros médicos, la tensión sigue siendo alta, y las instalaciones corren el riesgo de convertirse en escenarios de conflicto.