López Obrador responde a las críticas de los embajadores de Estados Unidos y Canadá suspendiendo temporalmente la interacción diplomática.
En una sorprendente movida que ha sacudido el panorama diplomático de Norteamérica, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció este jueves la decisión de poner en «pausa» las relaciones diplomáticas con las embajadas de Estados Unidos y Canadá. Esta medida, según el mandatario, es una respuesta directa a las críticas que ambos países han expresado en torno a la polémica reforma judicial que impulsa su gobierno.
Durante su conferencia de prensa matutina, conocida como «la mañanera», López Obrador no se anduvo con rodeos y dejó claro su descontento. «Tienen que aprender a respetar la soberanía de México,» afirmó enfáticamente, refiriéndose a las declaraciones recientes de los embajadores de ambos países. A pesar del tono firme, AMLO también aclaró que esta «pausa» afectará únicamente la interacción con los embajadores de Estados Unidos y Canadá, y no impactará las relaciones generales con los gobiernos de Washington y Ottawa. «La relación continúa, pero ojalá que haya de parte de ellos una ratificación de que van a ser respetuosos de la independencia de México,» sostuvo.
Este anuncio llega en un momento especialmente tenso para México, apenas horas después de que la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados aprobara de manera significativa la reforma judicial, la cual ha desatado una oleada de controversias en el país. A pesar de la oposición de sectores financieros, una huelga en el Poder Judicial, y el rechazo por parte de partidos políticos opositores, la iniciativa sigue avanzando, con miras a cambiar radicalmente el sistema judicial del país.
Las fricciones diplomáticas se intensificaron cuando el embajador estadounidense en México, Ken Salazar, calificó la propuesta de elegir jueces mediante voto popular como un «riesgo importante para el funcionamiento de la democracia en México». Estas palabras no cayeron bien en Palacio Nacional, y la respuesta de López Obrador no se hizo esperar.
La reforma judicial, aprobada por 22 votos a favor del partido gobernante Morena y sus aliados, propone la realización de elecciones para renovar los cargos del Poder Judicial en una convocatoria extraordinaria prevista para junio de 2025. Sin embargo, la reacción dentro de México ha sido tan intensa como inmediata. El Poder Judicial ha iniciado una huelga nacional indefinida, extendiéndose a 20 de los 32 estados del país, en señal de protesta contra los cambios propuestos por el presidente. Los sindicatos del sector han expresado que las reformas representan una amenaza directa al equilibrio de poder en México, movilizando a miles dentro del sistema judicial.