El presidente venezolano acusa a la «extrema derecha» y a una «sala de guerra fascista» en EE.UU. de orquestar el ataque más grande desde 2019 contra la central hidroeléctrica Simón Bolívar.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, volvió a levantar una grave acusación este 30 de agosto, al afirmar que el sistema eléctrico nacional sufrió un «sabotaje» sin precedentes, dirigido específicamente contra la Central Hidroeléctrica Simón Bolívar, ubicada en la represa del Guri. Según el mandatario, el ataque fue «directamente» a esta infraestructura crítica, y el país enfrenta el que describió como «el papá y la mamá de los ataques», señalando a la «extrema derecha» y a una «sala de guerra fascista» operando desde Estados Unidos como responsables del hecho.
“Es un ataque lleno de venganza, lleno de odio, que proviene de las corrientes fascistas que se han apoderado de los sectores políticos que pretenden ser oposición política, y que el pueblo ya identifica con claridad y sabe cuál es su origen”, denunció Maduro en un tono que refleja la gravedad de la situación. A pesar de la magnitud del sabotaje, que calificó como el más grande desde el apagón de marzo de 2019, aseguró que el gobierno ha logrado controlar la situación y preservar la represa.
Maduro también agradeció a las fuerzas de seguridad por su despliegue en todo el país, asegurando que “los planes están elaborados, aceitados y activados”. Según el presidente, a pesar de los cortes eléctricos, los ciudadanos “salieron” a trabajar y a llevar a cabo sus actividades diarias, con el transporte público funcionando con normalidad y los mercados activados en más del 90 %.
Pero las acusaciones de Maduro no quedaron solo en territorio nacional. El presidente denunció que existe una «sala de guerra fascista» operando desde Estados Unidos con el objetivo de llevar a cabo “acciones malignas” contra Venezuela, reiterando que la oposición busca crear un «baño de sangre» para justificar una intervención extranjera. “Nosotros hemos visto esta película. Se preparó una guerra eléctrica brutal en todas las etapas, desde el 7 de marzo del 2019 con el ataque cibernético al cerebro del Guri. La película la hemos visto y sabemos el resultado”, declaró.
En su discurso, Maduro no solo apuntó a los opositores internos, sino también a figuras extranjeras. Según él, una banda de origen colombiano, supuestamente vinculada a los expresidentes Álvaro Uribe e Iván Duque, fue capturada en julio mientras intentaba “explotar” una subestación eléctrica en el estado Táchira. Este ataque, dijo Maduro, podría haber dejado sin electricidad a “todo el occidente” de Venezuela, y denunció que los responsables pertenecen a grupos paramilitares con capacidades técnicas avanzadas.
En medio de esta denuncia, el presidente no perdió la oportunidad de señalar que los líderes de la oposición, como Edmundo González y María Corina Machado, se han “agotado” políticamente. Comparando a González con el exdiputado Juan Guaidó, Maduro afirmó que “esta versión Guaidó 2.0” se ha desinflado en tiempo récord.