Matthew Miller, portavoz del Departamento de Estado, condena las acciones de Nicolás Maduro y subraya que las sanciones de Estados Unidos seguirán en vigor como respuesta a sus actos antidemocráticos.
El portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matthew Miller, expresó este martes un fuerte rechazo a la orden de aprehensión emitida contra el líder opositor venezolano Edmundo González Urrutia, calificándola de «acción arbitraria y políticamente motivada». Durante una rueda de prensa, Miller subrayó que Estados Unidos no está solo en su condena, citando el respaldo de varios países latinoamericanos, entre ellos Argentina, Costa Rica, Guatemala, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay.
«La acción arbitraria y políticamente motivada demuestra los extremos extraordinarios a los que Nicolás Maduro llegará para tratar de mantener el poder después de su intento de robar las elecciones presidenciales del 28 de julio», afirmó Miller, en referencia a las controversiales elecciones que han sumido a Venezuela en una crisis política aún más profunda.
En la misma conferencia, Miller también defendió la reciente incautación en República Dominicana de un avión utilizado por el presidente venezolano, Nicolás Maduro, el cual fue trasladado al estado de Florida el lunes. «Estados Unidos hace cumplir sus sanciones, y siempre vamos a hacer cumplir nuestras sanciones», aseveró el portavoz, enfatizando que estas acciones son parte de un esfuerzo continuo para responsabilizar al régimen de Maduro por sus actos.
«Yo vería esto menos relacionado con las elecciones en sí y más sobre las consecuencias que Maduro tiene que seguir sintiendo por sus acciones antidemocráticas ilegítimas y represivas», continuó Miller, dejando claro que las sanciones y medidas adoptadas por Estados Unidos y sus aliados están destinadas a castigar las violaciones a los derechos humanos y los intentos de socavar la democracia en Venezuela.
El portavoz también criticó a la administración de Maduro por ignorar las reiteradas solicitudes de Estados Unidos de «dejar de tomar medidas enérgicas contra la oposición, que publique las actas de escrutinio reales y que devuelva a Venezuela a su senda democrática». Según Miller, la falta de disposición de Maduro para responder a estas demandas ha llevado a Estados Unidos y sus socios internacionales a considerar «una serie de opciones» adicionales para aumentar la presión sobre el régimen venezolano.