El ex primer ministro de Italia y expresidente del BCE, Mario Draghi, propone un ambicioso plan de inversiones para reactivar el crecimiento en Europa, comparando el reto con la magnitud del Plan Marshall.
Mario Draghi, ex primer ministro de Italia y expresidente del Banco Central Europeo (BCE), ha planteado la necesidad de un «Plan Marshall» para reactivar el crecimiento económico en Europa. En un artículo para The Economist, Draghi alerta que el crecimiento en la región ha estado disminuyendo durante décadas, dejando a Europa rezagada frente a Estados Unidos en términos de productividad e innovación. En su informe, Draghi establece tres áreas clave donde Europa debe actuar: cerrar la brecha de innovación con EE.UU., combinar descarbonización con competitividad, y reforzar la seguridad reduciendo dependencias estratégicas.
1. Innovación bloqueada:
Draghi subraya que Europa se ha quedado atrás en la revolución digital liderada por EE.UU., lo que ha ampliado la brecha de productividad. Aunque Europa cuenta con talento y grandes ideas, la innovación se estanca cuando se trata de comercialización y crecimiento. «El problema no es la falta de ideas, sino la incapacidad de transformarlas en negocios exitosos», asegura Draghi. Muchas startups europeas buscan financiación en EE.UU. porque el ecosistema europeo es restrictivo, con regulaciones inconsistentes que frenan el crecimiento de las empresas tecnológicas emergentes.
Para revertir esta situación, Draghi propone una reforma completa del ciclo de innovación, que incluya desde la comercialización de ideas hasta el apoyo a la expansión de empresas tecnológicas dentro de Europa. También subraya la importancia de invertir en infraestructuras críticas, como la computación y la conectividad, para reducir los costos de desarrollo de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial.
2. Descarbonización y competitividad:
El segundo pilar de la propuesta de Draghi es vincular la descarbonización con el crecimiento económico. Europa ha establecido ambiciosos objetivos climáticos, pero Draghi advierte que estos no se alcanzarán si no hay una coordinación adecuada entre los países miembros. Los altos costos energéticos están afectando a las empresas europeas, con precios de la electricidad y el gas significativamente más altos que en EE.UU. «Si Europa no logra transferir los beneficios de la energía limpia a los consumidores, los altos precios seguirán frenando el crecimiento», advierte Draghi.
Sin embargo, la descarbonización también es una oportunidad para Europa. El continente es líder en tecnologías limpias como la energía eólica y los combustibles de bajas emisiones, pero la competencia de China, impulsada por subsidios y escala, amenaza con desbancar a la industria europea. Para Draghi, Europa debe reforzar sus políticas industriales y apoyar a las empresas de tecnología limpia para mantener su liderazgo frente a rivales como China.
3. Seguridad y reducción de dependencias:
La seguridad y la autonomía económica son el tercer eje de la propuesta de Draghi. Europa depende en exceso de terceros países para recursos críticos, tecnología y defensa. «La era de la estabilidad geopolítica está terminando, y el riesgo de que la inseguridad amenace el crecimiento y la libertad de Europa está aumentando», señala Draghi.
En este sentido, el informe aboga por la creación de una verdadera política económica exterior para la UE. Esto incluiría acuerdos comerciales estratégicos, asociaciones industriales y la acumulación de reservas de materiales clave. También destaca la necesidad de consolidar el sector de defensa europeo, que está fragmentado y carece de estandarización. Draghi advierte que sin una mayor cooperación en la industria de defensa, Europa seguirá siendo dependiente de Estados Unidos.
Inversión masiva para reactivar Europa:
Draghi estima que para cumplir con los objetivos de descarbonización, innovación y seguridad, Europa necesitará aumentar las inversiones públicas en un 4.4%-4.7% del PIB, lo que equivale a unos 800 mil millones de euros anuales, niveles no vistos desde los años 60 y 70. Propone que la UE emita deuda compartida para financiar proyectos clave, siguiendo el modelo utilizado durante la pandemia. No obstante, admite que esto enfrentará resistencia política.
«Europa ha alcanzado un punto en el que, sin acción, tendrá que comprometer su bienestar, su entorno o su libertad», sentencia Draghi. Para evitarlo, insta a los líderes europeos a coordinar sus políticas, armonizar regulaciones y tomar decisiones conjuntas que impulsen la productividad y el crecimiento.