Familiares de presos políticos en Venezuela lanzan un SOS a Lula

EMBAJADA

La embajada de Brasil en Caracas se convirtió en el epicentro de una protesta que busca despertar a la comunidad internacional ante la represión del gobierno de Maduro.

Caracas amaneció con un grito de auxilio que resonó más allá de sus fronteras. Este miércoles, familiares de los presos políticos en Venezuela se dirigieron a la embajada de Brasil en una marcha que, más que una protesta, fue un llamado desesperado por justicia. Su objetivo: entregar una carta al presidente Luiz Inácio Lula Da Silva, instándole a no permanecer indiferente ante lo que describen como un régimen que se ha olvidado de la dignidad humana.

«Nuestros familiares son prisioneros políticos que deben ser liberados de inmediato», exclamó Diego Casanova, cuyo hermano, José Gregorio Pérez, fue detenido tras las elecciones del 28 de julio. No hay un ápice de duda en su voz, pero sí la urgencia de quien ha visto cómo las puertas de las prisiones se cierran sin razones legítimas. Para Casanova, las acusaciones de «instigación al odio» y «traición a la patria» son tan endebles como un castillo de naipes. «Las causas que se dirimen en el Ministerio Público carecen de pruebas sólidas», denunció, dejando claro que el aparato judicial ha perdido su brújula.

La marcha no fue una simple caminata; fue un acto de resistencia, de visibilización, una sacudida al statu quo que, según los manifestantes, ha decidido ignorar la represión que se vive en Venezuela. «Basta de silencio, necesitamos acción», parecían decir con cada paso. Y es que las palabras ya no son suficientes. “Brasil está en una posición clave. Necesitamos que Lula se ponga del lado de los sectores populares de Venezuela y actúe antes de que sea tarde”, enfatizó Casanova.

Los manifestantes no solo exigieron la liberación de los presos, también señalaron que las violaciones a los derechos humanos se han vuelto parte de la cotidianidad en Venezuela. A medida que el gobierno de Nicolás Maduro continúa con su política de represión, las familias de los detenidos claman por justicia. «Esta dictadura está desgarrando a nuestro pueblo, sumiéndolo en una miseria donde los derechos más básicos han quedado enterrados», se leía en una de las pancartas que lideraba la marcha.

No es la primera vez que la comunidad internacional pone sus ojos sobre Venezuela, pero la esperanza de que se tomen acciones concretas sigue siendo un desafío. “Cualquier intento de intromisión o secuestro de los asilados que permanecen en nuestra residencia oficial será condenado duramente por la comunidad internacional”, expresó la Cancillería argentina en un comunicado reciente, en solidaridad con aquellos que buscan refugio en sus embajadas.

Mientras tanto, la líder opositora María Corina Machado no se quedó callada. Desde su cuenta en X (antes Twitter), fue contundente: «Hoy, en Caracas y en varias ciudades del mundo, los familiares de presos políticos, ONG’s y sociedad civil, solicitan al Gobierno de Brasil que interceda por Venezuela y por cada secuestrado en manos del régimen». Machado no escatimó palabras, calificando al gobierno de Maduro de «terrorismo de Estado» y haciendo un llamado a que la comunidad internacional no permita más atropellos.

La presión no solo se sintió en Caracas. En ciudades como Buenos Aires, Noruega, Dinamarca, y hasta Ciudad de México, venezolanos y simpatizantes de la causa replicaron el llamado, exigiendo que la situación en Venezuela deje de ser vista con indiferencia. «Si Brasil no actúa, ¿quién lo hará?», se preguntaba uno de los manifestantes frente a la embajada en Costa Rica, mientras sostenía una bandera venezolana.

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