El japonés se convirtió el jueves en el primer jugador en conectar 50 cuadrangulares o más y robarse 50 bases o más en una sola campaña en la historia de la Gran Carpa tras batear de 6-6 con tres cuadrangulares y 10 carreras empujadas.
Dentro de un clubhouse lleno de posibles futuros miembros del Salón de la Fama y algunos de los mejores jugadores del deporte, la grandeza de Shohei Ohtani sigue destacándose. En un juego que ha existido durante siglos, nunca ha habido un jugador como Ohtani.
La tarde del jueves, la leyenda de Ohtani continuó creciendo mientras escribía el siguiente capítulo de una de las mejores temporadas ofensivas individuales en la historia de las Grandes Ligas, con posiblemente la mejor actuación individual en un solo juego que este deporte haya visto jamás.
En un encuentro casi sobrenatural en el que se robó dos bases y se fue de 6-6 con topes personales de tres jonrones y 10 carreras impulsadas, Ohtani demostró una vez más que está en una clase propia, convirtiéndose en el primer jugador en conectar 50 cuadrangulares o más y robarse 50 bases o más en una sola campaña en la historia de la Gran Carpa.
La actuación de Ohtani en la paliza de 20-4 de los Dodgers sobre los Marlins en el loanDepot park marcó la primera vez en los anales de las Grandes Ligas que un jugador pegó tres vuelacercas y se robó dos bases en un solo encuentro. Las 10 rayitas remolcadas también establecieron una nueva marca para la franquicia. Ohtani también ayudó a Los Ángeles a asegurar su 12do viaje consecutivo a la postemporada.
Hace solo unas semanas, Ohtani se convirtió en el sexto miembro del club 40-40 el 23 de agosto, haciéndolo con estilo al conectar un grand slam para ganar el juego contra los Rays. Alcanzó ese exclusivo hito en 126 juegos, superando la marca anterior por 21 juegos y colocándose en posición para convertirse en el primer miembro del club 50-50.
“Si soy honesto, era algo que quería superar lo antes posible porque estaban cambiando las pelotas cada vez que estaba en el plato, así que era algo con lo que quería terminar”, reconoció Ohtani. “Estoy feliz, aliviado y muy respetuoso con mis compañeros y con todos los que vinieron antes y jugaron este deporte del béisbol”.
A medida que la anticipación a su alrededor crecía, era imposible predecir que Ohtani haría historia con el tipo de juego que tuvo el jueves.
En su primer turno al bate, Ohtani estuvo muy cerca de conectar su jonrón número 49 del año, conformándose en su lugar con un doble. Luego salió hacia tercera, registrando su base robada número 50. Apenas estaba comenzando.
Dos turnos después, Ohtani bateó un doble entre el jardín izquierdo y central y se dirigió a tercera. Ohtani podría haber sido demasiado agresivo, pero estaba claro que sabía que la posibilidad del ciclo estaba al alcance. Sus compañeros y coaches en el dugout sabían que Ohtani tenía la historia en mente.
“No sé si era como un tema de alivio”, se preguntó el jardinero Mookie Betts. “Creo que simplemente se sentía bien, se sentía increíble y sabía, como, ‘Estoy a punto de hacer esto hoy.’ Quiero decir, podría haber dado cuatro jonrones hoy. No tengo palabras”.
En el sexto inning, Ohtani conectó un enorme bambinazo de dos carreras hacia el segundo piso, acercándose aún más a su objetivo. En la entrada siguiente, con la primera base desocupada y dos outs, el manager de los Marlins, Skip Schumaker, podría haber optado por darle una base por bolas a Ohtani.
Sin embargo, Schumaker decidió permitir que Mike Baumann se enfrentara al fenómeno. Esto resultó en que Ohtani conectara un jonrón hacia la banda contraria para completar el histórico 50-50.
Creo que fue una mala decisión — desde el punto de vista del béisbol, del karma, del Dios del béisbol”, reconoció Schumaker. “Creo que por respeto al juego, íbamos a retarlo. Conectó el jonrón. Quiero decir, eso es parte del juego. Es el jugador más talentoso que he visto.
“Está haciendo cosas que nunca he visto antes en el juego. Y si tiene un par de años más de este nivel, podría ser el mejor en la historia del béisbol”.
Después de hacer historia en el séptimo inning, Ohtani no había terminado aún. Con el jugador de posición Vidal Bruján en la loma, Ohtani aprovechó pitcheo en 2-0 del dominicano y lo mandó nuevamente al nivel superior del estadio, completando el primer juego de tres jonrones de su carrera y, posiblemente, la mejor jornada individual de todos los tiempos considerando las circunstancias.
“Esa tiene que ser la mejor actuación individual de todos los tiempos. Tiene que serlo”, asintió el segunda base Gavin Lux. “No hay forma. Es ridículo. Nunca he visto a nadie hacer eso, ni siquiera en las ligas menores. Es una locura que esté haciendo eso al más alto nivel.
“Creo que todos sabemos aquí que estamos viendo al mejor jugador que jamás haya jugado el juego”
Después de firmar un contrato de 10 años y US$700 millones este invierno, toda la presión externa recayó sobre Ohtani. Tenía que demostrar que valía el contrato más rico en la historia del deporte estadounidense, y no perdió tiempo en hacerlo al conectar un cuadrangular en su primera visita al plato en los entrenamientos primaverales con los Dodgers, uno de los juegos más anticipados y vistos de la Liga del Cactus en la memoria reciente.
Ohtani no ha dejado de batear desde entonces, estableciendo un tope personal en jonrones, así como el récord de la franquicia de los Dodgers en una sola campaña, superando el total de 49 de Shawn Green en 2001. Con los Dodgers lidiando con una serie de lesiones este año, Ohtani ha jugado un papel fundamental para que Los Ángeles esté al borde de ganar su undécimo título de la División Oeste de la Liga Nacional en 12 temporadas.
Para nosotros como compañeros de equipo, es un privilegio verlo todos los días”, reconoció el campocorto venezolano Miguel Rojas. “Casi lloro, para serte honesto, porque fue una gran carga de emociones debido a todo lo que sucede detrás de escena y que somos testigos cada día.
“Es un momento bastante especial. Todos sabemos de lo que es capaz. Pero lograr esa marca es simplemente asombroso”.
Detrás de cámaras, Ohtani también ha estado rehabilitándose de su segunda cirugía en el codo derecho con el objetivo de regresar al montículo en el 2025, pero eso no le ha impedido producir una de las mejores campañas ofensivas en la historia de las Mayores.
Lo que antes era simplemente un elogio para describir a Ohtani, ahora es literalmente cierto. Está en una liga aparte.
“Nada te sorprende ya con él, porque puede hacer cosas así”, siguió Rojas. “Imagina cuando le toque lanzar el próximo año”.